30 de octubre de 2006

el sentido del tacto

Poner la mano sobre la piel de una mujer, es un misterio para cada uno de los dedos, deslizarla para sentir las formas, es una manera de conocerla toda, de conocer las texturas de su rostro, del cabello; pasar uno a uno los dedos suavemente, por los párpados, por las orejas, sentir cada comisura, cada milímetro, es un placer que solo se obtiene con el tacto.

Un día hablando con la amiga en el colegio de la tierra caliente, sentadas ambas en la piedra al atardecer, me decía ella que el mejor sentido era la vista, el más lujurioso; yo, le decía que no, que el mejor de todos, sin duda, es el tacto…

La piel se va abriendo a la mano… va contando sus secretos, va descubriendo cada momento y lo va definiendo, el tacto es el mejor sentido, el más acertado para conocer a alguien.

Años después, cuando ella había probado el amor, me dijo de repente: Si, el mejor sentido es el tacto y se sonrió.

Me acordé entonces de sus ojos el día del cumpleaños, cuando se nos encontraron las chispas y sentí por un momento que el mejor sentido, es la vista; rato después ví a su marido ponerle la mano en la mejilla y bajé los ojos… el mejor sentido, es el tacto.

26 de octubre de 2006

cero y van dos

Bueno, me cambié de casa, ahora vivo virtualmente en éste lugar; como son los cambios… a mi sobrina por ejemplo, le molestan mucho, el día que llegó a casa y vio que había cambiado el color de las paredes, le dio uno de sus ataques rabiosos; ¿Cómo era posible que la casa no fuera como ella la había dejado? Finalmente se acostumbró.

A mi de cuando en vez me pasa lo mismo, no me gusta que las cosas cambien, quisiera por ejemplo que la vida se mantuviera en su propia línea o más que en su propia línea, en la imaginaria que yo le voy trazando, pero son inevitables los cambios, a veces por razones propias, a veces por razones externas…

El caso es que aunque me haya resistido en principio, ahora hasta me siento alegre, como dicen por ahí, los cambios fortalecen el espíritu y sobre todo, en éste caso, me dan la posibilidad de recibir comentarios y de poner mensajero.

Los cambios se precipitan en mi vida, como las olas, que a veces traen algún mensaje embotellado de amores que se extravían; los cambios van marcando las nuevas rutas que han de seguir mis pies.

Bienvenidos sean pues los cambios, los de ahora, los de antes y los del futuro, que si no los hubiera, no habría evolución.

nueva casa

Mi blog anterior tenía sus problemas, de repente un día dejó de recibir los comentarios y aunque la novia cara de lagartija lo intentó, nunca pude ponerle un mensajero, por eso he decidido irme para donde está vicente... la mayoría han puesto su blog aquí así que por algo será, veremos como me va... de todos modos, el primero ahí se quedará.

La sandía y los aguacates

Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80...