30 de agosto de 2007

Como era yo con esa música






Hoy me di uno de mis monumentales baños de tina, trato de hacerlos al menos una vez a la semana pero hace días que no me daba uno como Dios manda, lo hice con nueva música, pues generalmente escucho un viejo cd de unas españolas que ya conozco al derecho y al revés o el de tracy chapman que me encantaba desde antes de saber que era lesbiana.

Pues bien, en el disco que escuché hoy, había unas canciones que me devolvieron al tiempo de la huelga estudiantil… el parce la recuerda, seguro… cuando en el techo de mi habitación en la casa grande se leía en letras grandes… revolución.

Así era yo en ese tiempo, en que mi nombre me significaba más porque creía en la igualdad entre todas las personas, aún creo que es posible, tal vez no en los modelos que ellos conocen, pero en unos parecidos, más modernos y más pluralistas.

Recuerdo del puño de las pateras negras, recuerdo de la A anarquista y de los primeros dibujos, recuerdo de tarde de grifos con mi amigo el judío y de la conquista de la felicidad con las buenas hermanas del perro gigante.

Sigo firme compañeros…

26 de agosto de 2007





El cumpleaños de mi madre

Domingo 12 del día y cocino para mis tías, que con los años han dejado de hacer ruido para convertirse en parcas conversadoras.

Vinieron por supuesto mi madre, que era la cumpleañera, su amiga rosy y mis tías, la mayor, la del medio y la de antes de mi mamá, vino también el marido de la tia mayor y el hijo menor de su hijo.

Comieron almuerzo preparado por mi, comieron torta y se rieron…

Bueno, aquí están las fotos y que happy happy.

21 de agosto de 2007

AMORES PERROS

Y para hoy tenemos amores perros... porque siempre hay amores perros por ahí.

esa es la canción de la semana despues del mensajerito en éste mismo blog.

Volver del campo

A mi se me llena la jeta cada vez que digo que vengo de la finca, aunque es paradójico que la misma sea un pedacito diminuto de tierra en un pueblo muy pequeño de Boyacá.

En todo caso me encanta ese paseo, ir a Laural y bajar las maletas del carro, teniendo el cuidado de no pisar la mierda de la vaca de los vecinos, unos viejitos muy simpáticos que nos colaboran en todo y en la mañana nos llevan una jicarita de leche fresca en contraprestación por el pasto que se come la vaca.

Descargar y ver que contra todo presagio citadino, la hamaca sigue en su puesto y todo está en orden por los lados del lavadero; que el maíz de los vecinos ha crecido un montón y peligrosamente cerca del lindero imaginario que ellos sobrepasan y nosotras nos ofendemos que sobrepasen.

Me gusta que el ciruelo está cargado y que la curaba está toda florecida y prometa cosecha grande y tupida, me encanta el romero recién sembrado y las rosas de mi mamá.

Es un horror, sin embargo que las estacas de la cerca sigan tiradas en la entrada porque no les ha dado tiempo a los 6 jornaleros de pasar a convertir la cerca de virtual a real para quitarme el complejo de un metro más o un metro menos para allá o para acá.

Mi cuarto, justo al lado de la chimenea estaba divino, mi mamá decidió voltearle la cama y eso lo hace más acogedor, con el sofá que antes era de sat a modo de armario (no tengo closet todavía).

Dicen que las fincas son un hijo bobo, pero ¡ah! si nos tiene contentas, con esa gente tan amable que siempre algo brinda y que todo el tiempo cuenta cosas interesantes…

He vuelto a casa con dos paquetes de papas de distintas, queso campesino (del que deja apestosa la maleta), tomates libres de fumigantes, manzanas de las que tendremos de injerto dentro de tres años, naranjas y plátanos maduros de la finca de alguien más y un par de ciruelas amarillas de mi futura socia en un negocio de ovejas.

Me he encontrado con la piernipeluda menos pulgosa gracias al compa que la bañó y ya he llamado al señor abogado a ver si salimos del pleito y el nombre en la escritura empieza por I.

Como ven a mi me encanta la finca, viviré en ella cuando los años hayan dejado de ser mozos y disfrutaré de su cerca, de sus árboles frutales y de los frijolitos o cualquier otro sembrado que haya, por que si, es una maravilla ir al campo, y volver de el.

16 de agosto de 2007

La pared

Bueno... y como ando de muestra



Una muestra de como va la pared



Está mucho más avanzada ahora




Pero ya no estoy tan segura de terminar en agosto




La vida pintada.

15 de agosto de 2007

al fin, el fin

Bueno, es difícil, llegar a un día cualquiera de la vida y descubrir que el amor no es el mismo que fue siempre, que la vida a que estaban acostumbrados ya no les saca de quicio los zapatos.

No le importaban ni el cielo, ni las estrellas, ni los días de café en la escuela, no le había importado nunca nada desde que la había conocido, ahora era famosa, la gente pagaba para ver sus películas de mujer feminista hacía y en los periódicos sacaban la crítica de sus obras, ahora ella escogía el reparto y hasta escribía el guión, pero nada importaba, por que desde siempre Marcela había sido el tema y cuando creía que se había ido para siempre, la había dejado sola en una ciudad que ni siquiera le gustaba.

¿Cómo la había dejado? Cómo había sido capaz de cambiar la fortuna por el amor, ¿es que acaso ahora era feliz? No, y no lo era más que siempre, no lo era por que la había visto y su corazón había vuelto a estar en todos lados, pero no importaba, porque Marcela no quería nada con ella, porque la había llamado juglar de feria, por que ya ni sabía como conquistarla, por que ya no sabía ni dónde hallarla.

Deja entonces la habitación del hotel y se jura mil veces que no volverá nunca, seguirá con su vida y olvidará el amor...

Ya no había nada que hacer, se había casado, había dejado sus prejuicios y se había casado con la seguridad, Daniel había aceptado, no había puesto condiciones, le había preguntado si lo amaba y ella había sido sincera.

Ahora veía en su mano el anillo al escribir sus reportes en el computador, y se sonreía a si misma, era sencillo, seguir la vida como siempre, pensando que Clara nunca más volvería a su vida, la dejaba a un lado, la tapaba con el cemento de la existencia en común con un hombre que decía la amaba.

Su pijama siempre había sido de cuadraditos, y le gustaba ver la televisión acostada y con el control en la mano, se sabía la programación completa desde que era un niña, empezaba con los aeróbicos de la mañana y no la dejaba hasta el himno nacional e incluso lo sobrepasaba cuando veía alguna película en el canal rentado de algún país extranjero.

Seguía viviendo sola, seguía ganando mucho dinero y seguía bañándose en la piscina para decidir que escena seguiría a la que estaba rodando; locaciones, vestuarios, todo le ocupaba la mente, pero cuando se ponía la pijama de cuadritos inmediatamente lo olvidaba todo y pensaba en ella... si tan sólo hubiesen seguido...

Hoy, después de tantos años se estrena su película estrella, la que al fin la dejará vivir en paz con sus recuerdos, nunca se casó, pero su casa conserva un orden impecable, tiene una colección de todos los objetos que se coleccionan y camina despacio por sus problemas de espalda, pero no importa, hoy es la última escena de una película que nunca fue, y quiere estar presente, firme frente al cañón.

Se sienta en la penumbra del teatro casi en la silla del último rincón, quiere salir primero y esperar paciente a que salgan todos, pero se deja llevar por las imágenes, ha sido todo tan bello, el paisaje, la gente, los dedos, las manos, todo tan vivido que siente como si hubiera sido parte de todo desde muy adentro.

Al ver los créditos de quien dirige y quien actúa se levanta y al salir por el pasillo allí la encuentra, se miran y ya no son ni lo borroso de la foto de hace años, las canas, las arrugas, invaden toda parte de cuerpo posible, pero no importa, los dedos en unas manos rugosas se entrelazan y van a terminar lo que comenzó hace tanto tiempo...

14 de agosto de 2007

y vino el séptimo día

Ya está en el hotel, ni se ha dado cuenta de cómo llegó allí, directo a la habitación se ha tumbado en el sofá, no quiere acostarse del todo. Son qué, las 4, las 6 no importa, ya nada tiene sentido, sólo las imágenes que se repiten en su cabeza... cada vez más fuerte, cada vez se siente más, baja a su ombligo, la pasea con la lengua, ella le coge la cabeza, la besa, le pregunta a la oreja lo que no se pregunta.

- ¿Puedo seguir?.
Ella no responde, sólo la deja, le pregunta de nuevo si puede seguir, ella reacciona.
- ¿Qué es esto? Relaciones sexuales con una mujer.

Hay que parar, hay que parar, dice ella sin querer, la abraza fuerte, cierra los ojos y lo abraza fuerte, hay que parar...

Ahora mira otra vez por la ventana, es un hotel famoso, su habitación da a una piscina fascinante, pero no quiere saber de baños, no después de esa ducha... Sale en toalla, se tumba en la cama, si sólo hubiesen seguido entonces... mete la ropa a la secadora, clara se baña también, justo cuando marcela sale. No quiere verle lo ojos, y ella lo sabe, por eso toma el té frío, viendo la tele mientras espera a que sean las dos...

¿Cerrado?, ¿Lluvia?, ¿Amiga?, ¿cual amiga?, ¿porqué tan lejos?, ¿paseo?, ¿se hizo tarde? ¿Cuándo fue eso? no te entiendo, no te entiendo nada, ¿de qué me estás hablando? y ella le repasa la historia que acaba de vivir en un día cualquiera de muchos años después.

El se acomoda, sabe que no quiere escuchar esa historia, se la ha temido durante siglos. Ella sigue contando mientras el apura un güisqui detrás de otro, y fuma, fuma mucho, para no llorar...

Conversan en la sala, con las luces apagadas, son las 2, las 3 no importa ¿Y ahora que?, ahora nada, me voy, tengo que irme, dice ella por decir algo después de haberlo dicho todo. pero, ¿aquí que paso? Se pregunta Daniel, completamente borracho y sentado en un sofá de la casa que odia.

No se despiden, ella se ha ido a la oficina y el a vivir su vida de todos los días; de regreso a casa,la siente en el camino, repasa la noche como a una película y la ama de nuevo, ella en la oficina hace lo mismo, la ama como no la amó de nuevo, o más que de nuevo, por primera vez, del mismo modo como tantas veces lo ha repasado.

La secretaria pregunta, ella no responde, en su cabeza solo encuentra silencio, ausencia; camina despacio, no come, la extraña. La secretaria pregunta, ella sonríe, responde:

- Me voy, sácame tiquetes para ya sabes donde, cualquier hotel, pero para hoy mismo.

Llega a casa, se va a su cuarto, ve el correo, hay una carta para ella, una carta personal, hace años que no recibe cartas personales, la abre, llora, se desespera y llora, es una carta de Daniel, viene sin estampilla, seguro la ha dejado apenas hace un rato, yendo a almorzar a “el patio” donde debe estar ahora, donde almuerza siempre.

Parada frente al espejo lo repasa todo, después de 20 años ha venido a la oficina y ha dejado su tarjeta, solo al ver el nombre se le ha venido el mundo encima, porque Daniel le acababa de proponer matrimonio y estaba apunto de decirle que si después de tantos años. Daniel escribe una carta, está muy confundido, no sabe qué pensar, él ha sido quien más ha perdido

“No te refugies en mi, yo no soy seguro, yo no soy futuro, yo, ahora, ya no existo, no existo desde ayer, no existo desde que se que te conozco y no puedo hacer nada para estar contigo, y menos ahora que se que amas a alguien más y me has mentido, cuando yo esperaba que tu vida, por fin fuera mía, como ha sido la mía tuya desde siempre.

Sigo sintiendo lo mismo por ti, es en ti en quien pienso al acostarme todas las noches, y es por ti por quien miro las estrellas sabiendo que también te cubren, pero ayer me dijiste que no me amabas, y yo lo presentía, lo presentía hace tanto tiempo que a veces alcanzaba a pensar que era posible que no fuera cierto.

Anoche dijiste tantas cosas, que sólo ahora me doy cuenta de cuan engañado he vivido, quiero decirte que igual te amo, quiero decirte que no me importa, y quiero decirte también que igual es contigo con quien quiero pasar el resto de mi vida, has sido sincera, yo lo seré contigo, no me amas, seré paciente.

Ahora te doy tu tiempo, vete, ámala a ella y vuelve, no soy como la canción, pero en algo me le parezco, “no te vas por que yo quiera que te vayas”, pero si por mi fuera daría todo por retenerte, ahora bien, es tu vida, pero quiero protegerte, así que por ti misma, te pido que no me llames ni me busques, hasta que lo sepas todo, entonces estaré a tu lado y seremos dos en uno sólo.”

13 de agosto de 2007

seis

El reloj de un campanario da las doce, y Clara automáticamente mira el de su pulsera. Son las doce, y que dicen las doce frente a un almacén de repuestos cerrado...
- ¿Quieres comer?
- Si... pero no ahora, ¿paseamos?,
- bueno, vamos, dice mientras la mira...

Ahora son sus ojos quienes sonríen, se suben en la moto, van al puerto, se detienen al rato, en la punta de un mirador y se bajan de la moto, afuera los cascos, ella mira desde la baranda, Clara la abraza por detrás, quiere olerla.

Ella se aleja, se sube a la moto, Clara la mira, recostada contra la baranda, juega a que la conduce. Clara la mira, piensa en nada y se pierde en ella, vuelve en seguida, camina hacia la moto y le dice te enseño, mientras la abraza... ahora se abraza sola, lleva muchas horas caminando sola en un recuerdo.

Se monta a la moto detrás de ella, -haz esto, y esto, y esto otro- le dice, mientras Marcela obediente le escucha, deja de hablar, empieza a oler en su cuello, ella la deja, la abraza, sostiene con fuerza el manubrio mientras Clara toca su cuerpo y ella lo permite, empiezan a caer gotas de lluvia, Clara la huele, no quiere parar, ahora llueve en serio.

- ¿A dónde vamos? Le dice al fin.
- Mi amiga vive cerca, vamos allá mientras llueve, luego los repuestos de tu padre.

Si eso, eso mejor, piensa, mientras la lluvia termina de mojar su chaqueta.

Ya no importa el café, ya no importa Daniel, está en su habitación, mira el techo que no dice nada, se aburre, se deprime, y Daniel llama, pero no lo escucha, ella está en casa de su amiga, a muchos kilómetros de ahí, a muchos días de la maquina que suena... la amiga está arriba, les deja seguir, están empapadas.

- ¿Dónde estaban?
- Paseando.
- Pongan a secar esa ropa, aquí hay toallas.

Se secan mientras la ropa sigue en sus cuerpos, - me tengo que ir, quedan en su casa, dice la amiga, y sonríe, la ven irse, no dicen nada, sólo se miran, ni siquiera sonríen.

Marcela se seca el pelo y se quita la chaqueta, se sienta en el sofá; se quita los zapatos y va a la cocina, le pregunta si quiere algo, Clara piensa, no responde. ¿un té? dice Marcela, un te, dice al fin, se quita las botas y las medias, ahora esta descalza, recorre la casa, es grande, bien decorada, hay tina. Se para en la terraza, aún llueve, Marcela viene, la abraza por detrás, le entrega el té.

Ella lo deja en la baranda y la abraza, la olisquea, como un perro, Marcela cierra los ojos, empiezan a tocar, este botón incomoda, este también, y van quitando cosas, el saco de ella que tanto pesa, la camisa empapada, la blusa rosada, el sostén absurdo, ya están en la sala... al sofá y el resto de la falda afuera, la cremallera del pantalón que tanto suena... y ella mirando el techo, se sumerge en sus almohadas ¿ que pasó con Daniel?

Se levanta de un salto, va al baño, necesita orinar, pero ahí también cierra los ojos y sigue besándola toda, mientras juguetea con un pezón, besa el otro, lo chupa, lo muerde, siente, la asfixia el recuerdo, mientras Clara sigue tocando, ahora chupa ella sus pezones, les gusta, toca su cabello, la empuja con fuerza, caen al piso, se ríen, besan más, más... se lava la cara, eso no puede continuar, se va a enloquecer; Daniel, Daniel la va a volver a traer al mundo.

12 de agosto de 2007

No hay quinto malo

Marcela, acabando con el silencio le ofrece algo de beber y se para como un resorte a buscarlo. Clara sin saber bien que hacer, sentada en la sala, sola, se para al rato y va detrás de ella, la encuentra frente a la nevera y se acerca por detrás, - quería hielo...

Clara se mira de nuevo en el espejo, ya se ha hecho tarde, son más de las 2, cierra la llave del lavamanos y vuelve a la mesa, Marcela no llega.

Busca el cruce y un lugar para estacionar, lo encuentra en un segundo, siente que es una premonición, hoy todo saldrá bien... entonces cierra la nevera en el mismo instante en que cierra el Clío.

Lo asegura y empieza a caminar lentamente, va para el patíbulo, es la muerte lo que está buscando, Daniel, Daniel, Daniel, perdóname.

…Te lo cuento, le dice, y empieza su historia de amor inconclusa con el tipo de otra ciudad que no es la suya, la interrumpe, ella tampoco es de la ciudad, aunque vive ahora. Clara sonríe, ella ni es, ni vive, sólo ha venido de repente, con sus padres a la casa de recreo, es una ciudad feliz y caliente, donde todo pasa como en eterno verano. Por eso se ha quedado, pero volverá a irse, como aquel día...

Continua, a veces llora, Clara escucha, espera y siente su olor penetrar en la nariz, la abraza, no quiere seguir escuchando, ella se detiene, la abraza, busca sus labios, la besa, ella se deja besar por un momento y luego se retira, ahora esta confundida, no quiere estar confundida, es horrible...

Nunca te había visto, no te conozco, dice ella como desde otra galaxia; - Si me conoces, desde siempre, responde Clara, me conoces desde que existes.

No, no es cierto, piensa Marcela, el amor es otro mundo, es lo que ya no existe, lo que hace sufrir, termina de pensar y regresa a la tierra, ahora mira confundida. Vamos a casa, te acompaño, dice Clara por terminar, vamos a casa y olvidémoslo todo, dice ella por decir...

- ¿Te vuelvo a ver?- Dice Clara con esperanza.
- Mañana me voy- dice Marcela mientras entra, - no quiero seguir sintiendo lo que no puedo, amo a Daniel eso es más fuerte que tu aparición de Juglar en feria de castillo, además, ya es tarde para darnos un comienzo.

Y nada más cerrar la puerta viene la imagen, las palabras de entonces... frente a la nevera, le entrega el vaso, agua helada, con mucho hielo, le sonríe, la mira y se lleva el vaso a la boca, saborea las gotas de sudor en el vaso, ella la mira, bebe un poco de su vaso se limpia con los dedos la boca y la mira, han pasado tantas cosas...

Ahora ya no hay más que decir, se han dejado para siempre, ¿pero lo han dejado? ahora, mientras camina por una calle que ni conoce piensa en Marcela más intensamente que en los años de ausencia...

Al entrar a la alcoba y escuchar el mensaje de Daniel en la máquina ve a su hermana menor, entrar a la cocina, fue hace tanto tiempo, pero la imagen persiste, las mira y se pregunta que sucede. Tienen 15, 16 años en esa foto mental, la ve pararse y jugar un poco con la niña, se ve casi exacta, un poco más gorda, pero igual, ríe, no es cierto, no la ama; lo cierto es Daniel; trata de fijar su imagen en la cabeza, no puede, no está allí, Daniel a desaparecido, con solo una tarde, ya no recuerda ni su cara, ¿Quién es Daniel?

Ha pasado mucho tiempo, mientras se va preparando un café automáticamente, además Daniel ha estado ahí siempre, no ha sido la pasión, pero ha aprendido a amarlo, como se aprende a montar bicicleta, ya no olvida sus costumbres, ya no lo olvida, aunque ahora no recuerde su cara...

Mientras cruza la calle pasa una moto, inevitablemente se va con ella... Subida en la moto a su espalda, recordaba claramente como le había pasado un casco, como Marcela le había pedido que fueran despacio, y ella le había dicho que tenían que sentir el viento; que se cogiera más fuerte.

Están en las nubes, recuerda la sensación de estar en las nubes, van por todos lados sin sentido, de repente se detienen, el semáforo en rojo, y la pregunta,
- ¿Para donde vamos?
- Cruza por esta, le había dicho ella.
Pero estaba cerrado, el almacén de repuestos estaba cerrado.
- En dos horas abren- dice Clara,
- Volvamos mas tarde- dice Marcela,
- ¿No estas ocupada?-
- Sólo contigo, dice ella.

10 de agosto de 2007

cuarto

Se levantó al baño, se sentía cansada, había pasado tiempo. Había viajado toda la noche para este encuentro, y sin embargo no lo sentía, hasta ahora, cuando de repente toda la fuerza se había agotado, ya no quedaba nada, sólo las imágenes repetidas en su cabeza por tantos años...

Se había levantado con los ojos hinchados, todavía sentía el viento en la naríz, como una gripa, su pequeña F 90, se deslizaba por el barrio con pericia, pero en realidad no sabía donde estaba, se había detenido en una esquina a revisar el papel, había preguntado al barrendero y se había acercado a la tienda, muy pendiente de no perder su casco de florecitas.

Al fin cruzar la calle en dirección dada por el amable embolador que se limpiaba la frente con el trapo de limpiar zapatos, terminó dando vueltas alrededor del parque, por la avenida, había preguntado de nuevo. - A dos cuadras, le había dicho una abuela en la esquina de subir a la tienda, finalmente allí estaba...

Y aquí estaba ella, en el baño del café italiano, mirando en el espejo el pasado, recordando su moto, recordándola a ella, recordando una vida que ahora parecía no pertenecerle, se mojaba la cara, ¿que estará sintiendo? ¿Qué estará sintiendo ella?...

Apagar el celular mientras el semáforo cambia a rojo, ver a la mujer que vende frutas, cerrar la ventana ante la aparición del indigente sospechoso, cerrar los ojos ¿es eterno el momento? Se ahoga, respira, se estira y corrige el labial...

La ve desde la ventana, aún no se ha bañado, pero corre, le roba el turno a su hermana. Escucha como a la morena del casco de flores la saludan sus padres, todavía retumba en sus oídos, cómo su corazón, que también retumbaba bum bum, bum bum, bum bum... La oreja parada, - Sigue muchacha, bum bum, bum bum, - ¿cuando has llegado? Pregunta su madre, ella tira camisetas y medias de dormir, siente el agua cayendo sobre su espalda, el oído atento a la respuesta, bum bum, bum bum, bum bum... – Mi mamá vive en Montevideo, - si señora, muchas gracias.

La esta madreando el señor de la toyota prado, ha olvidado arrancar cuando el semáforo se puso en verde, pone primera, mal arranca, se mira en el espejo de nuevo, se moja los labios pensando en que no debe perder el labial, esta verde...

- Me ha dicho tu papá que necesita tal cosa, dice el padre sentado en el sofá.
- Si, si señor, por eso he venido. Miente, con los guantes fregándose la pierna angustiada, ¿estará? ¿La veré? Se pregunta en silencio, bum bum, bum bum, late su corazón también hoy...

Bajando por la 116 revisa el reloj; ya va saliendo del baño, la mesa está todavía en su sitio, nada ha cambiando, ¿nada ha cambiado? y escucha las voces mientras precipitada se viste y sale del cuarto justo para entrar luego de las frases de los padres:

- Si, yo se donde es eso, dice el padre - Pero no podré ir contigo, ¿que tal tu mujer? - No, la verdad, no puedo, y en la moto, menos. - Dile a uno de los hijos. Los muchachos pueden.

Y el padre pregunta, uno no puede, el otro tampoco; Ella peinándose el crespo mientras baja la escalera dice desprevenida – Yo puedo, yo voy con ella, se donde es, yo he ido con usted papa.

Le sonríe, sabe que es ella, sabe que la ama, pero prefiere verse casual, indiferente. Hay que disimular, Los padres sonríen, - las presentan como si no se conocieran – Marcela, te presento a Clara, la hija de fulanita de tal; ellas fingen no haberse visto nunca, se dan la mano y Marcela se sienta en la silla más distante, los padres dicen algo más que ellas no escuchan, finalmente se marchan, las dejan solas, ellas solo se miran, no hablan, sólo se miran y sonríen.

9 de agosto de 2007

tercera parte...

Llegada la noche, sentía olvidada a la muchacha color canela, olvidados sus ojos penetrantes ¿La había olvidado? o sólo pretendía olvidarla para descansar tranquila; no, no era posible dormir, tenía que hacer algo... tenía que salir…

Ahora también salía, pero antes miraba el reloj cien veces y se miraba en el espejo, era tan diferente ahora, ¿cómo sería ella? Apenas la recordaba, su cara se perdía entre millones de otras caras que no eran la suya. ¿Ella también sería otra imagen? Como la imagen de la noche en el parque...

La luna se veía como en un cuento de niño pequeño, los pájaros no cantaban y apenas se escuchaba a las ranas en sus actos de amor; se sentía sola, vacía y la veía a ella en cada recuerdo del día, como un presentimiento.

Se sentía loca y quiso ir a uno de los bancos del parque, el mismo donde ella se había sentado durante el partido, y sin poder creerlo, allí estaba ella, con la luz de la luna iluminándola por completo, como una aparición, como un ángel.

No era un sueño, se acercaba y ambas sentían el magnetismo, lo sentía ahora, en un banco desconocido en otra hora, en otro momento de la vida...

Sentadas, sin decir nada, sólo sentadas la una al lado de la otra, mirando la luna, las luces de la ciudad, pero no es eterno el momento... De repente se daba cuenta que seguía en el banco de un parque que no era el mismo, y volvía a cerrar los ojos para recrear la imagen de la primera noche; se había ido, ahora sólo quedaba esperar, o salir corriendo.

Volver al lugar desconocido, mirar el reloj… es tarde, pensar por un instante si no era mejor dejarla ir, parpadear e ir hacia la tienda de la loma, dejarse embeber por la cerveza...

- Tengo que volver a hoy, se decía mientras conducía por la séptima, tal vez sea igual, tal vez vuelva a decir las mismas cosas, tal vez sólo nos encontramos ahora para dejar que todo fluya…

- y de repente en la cabeza, Daniel, ¿Qué va a pasar con Daniel? han sido muchos años de cultivar esa relación, no la puedo votar por un futuro tan incierto como el pasado. Daniel es el amor, se había repetido millones de veces, a solas, en el baño, cuando nadie se daba cuenta de que la duda continuaba. Daniel es el amor, Daniel es el amor, ¿Daniel es el amor?

La esperaba sentada en una de las mesas de la terraza, bebía un poco de vino, rojo, como se sentía por dentro, cerraba los ojos y ahí estaba otra vez la imagen...

Ellas sentadas en el banco, lado a lado, ninguna decía nada; en algún momento se habían tomado de la mano y habían permanecido así hasta el alba; ella le había dicho que la amaba, la había observado en silencio no había respondido, ¿cómo podía amar a alguien que apenas había visto? Y luego, se recordaba a si misma, triste, sentada en la acera, llorando por ella...

8 de agosto de 2007

segunda parte del cuento mexicano

Para entender este post debe leer primero el anterior

Había pasado el rato así, como estaba ahora, sentada a la sombra de uno de los árboles del parque, escuchando los gritos de los amigos jugando baloncesto, fumándose un kool, relajada…

Pero allí estaba ella otra vez, a sentarse en el centro, entre las demás gallinas, con su cara bella y ese algo que la hacía irritante y a la vez encantadora; ahora, con una sonrisa, recordaba como se había metido al partido sólo por dejar de mirarla.

Era demasiado obvia cuando se le iban los ojos y no quería levantar sospechas, nunca nadie había entendido que le gustaran las mujeres, ni ella misma…

Por un momento lo había logrado, se había olvido de ella, una cesta, otra, golpes y sudor; una quimera, en su mente la imagen fija de sus movimientos, como ahora se le venían a la cabeza de precipitados, solo con cerrar los ojos...


Frente a la pantalla del computador, con el té a la mano, las gafas puestas estudiando el informe, escribiendo las palabras descriptivas de las altas y bajas del mercado, leyendo los números y comparando las fechas.

No tenía tiempo de darse al recuerdo, casi la una y habían quedado de verse a esa hora; sorbo y no importaban los 4 rectángulos naranja al final de la pantalla, uno de ellos, Daniel, chao, chao, un beso, te llamo luego…

Firme, fría, había visto su cuerpo sudado, en ese preciso instante le había gustado, entonces había sonreído, entre su grupito de amigas tontas, que ni imaginaban lo que pasaba por su cabeza, le había encantado, la chica nueva que jugaba baloncesto.

Era una fascinación extraña, jamás sentida, ¿Cómo le podía mariposear la panza por una vieja? Mientras hablaba a sus amigas, no podía evitar mirarla y al mismo tiempo pensar en el sabor de sus labios, era extraño, y volviendo a la calle de los carros vistos desde su oficina del veinteavo piso del Banco Cafetero se decía: - si, es extraño haberla visto y saber que todo tenía sentido...

20, 30, 40 puntos, y el sudor bajando por sus ojos mientras lo limpiaba con la manga de la camiseta. Bien, habían ganado! Bien, Bien, sonrisas y besos, todos ganadores, ningún vencido, como los amigos de siempre, las mismas jugadas, las buenas, las caídas, las salvadas.

Propusieron cervezas, y fueron a tomarlas a la tienda de la loma. Claro, otra vez estaba ella, distante, sonriente, frívola, encantadora, la miraba de reojo, bebía su cerveza, y se preguntaba quién era, de dónde habría salido, cómo se llamaría esa aparición divina que le quitaba el aliento…

Un cuento mexicano

Bueno, pues resulta que éste cuento me ha acompañado desde la adolecencia, y he decidido rendirle el homenaje que se merece... publicandolo, no se si sea bueno, regular o malo, pero lo quiero mucho.

1.
Parada a la luz de la ventana, ve pasar el mundo y no es nada, sólo su abismo, sólo querer a alguien, tratar de entender el mundo desde su perspectiva, escucharle la voz y no saber que es lo que se siente por dentro, obsesionarse con una existencia que no tiene nada que ver con la de una misma.

Sería tan sencillo si dejara pasar todo, sí olvidara, pero no, la vida entonces perdería completamente su sentido; además, desde ese, el último día, había esperado el encuentro, y ahora llegaba…

Escuchar su risa, tenerla presente en los oídos, derretirse con el solo recuerdo de su presencia; querer un vaso de vino para sacar todo el fuego interior, escribir mil cosas sin sentido en un cafetín desierto; sí, cuanto había soñado con eso, cuanto había soñado que fuera posible, pensar en ella, recordar los pocos momentos juntas y sin embargo seguir la vida del mismo modo que la había vivido siempre, hasta hoy.

…La idea ahora era ser fuerte, cerrar la ventana y empezar a sentir cosas reales, acordes con lo que siente el resto de la gente, entonces eso, cierra la ventana y alcanza a descubrir a la asistente tratando de terminar el informe descriptivo de actividad trimestral.

- No, dejemos así, yo te aviso después para terminar; más bien envíale un mail a Sebastián apurándolo con las últimas cifras… ah, y llama a Daniel dile que se me ha presentado algo, que no voy a poder almorzar con él, que me perdone y que te diga si quiere que pase por su casa esta noche; que ni me llame al celular por que voy a apagarlo, ah, y dile... no, mejor no le digas más.
- ¿Quieres un te?
- No, gracias. – O si… con un chorrito de limón, ¿Qué hora es?
- las 11
- Cancela todo lo de ésta tarde, no se cuanto tarde este almuerzo.

Sólo habían compartido unos pocos días juntas, pero eso había sido suficiente para amarla por siempre; ahora, mientras esperaba en un banco del parque a que fuera la una de la tarde para ir a almorzar, lo recordaba todo perfectamente.

…La casa llena de gente, cerca a la cocina y en el patio, todos en sus cuentos, de pronto la había visto, hablaba de cosas sin sentido, de cosas que a ella nunca le habían gustado, hablaba de hombres, de como los hombres se meten con las mujeres, de como es divertido tener amigas y tomar cerveza en el verano, de las revistas de moda y de lo último en vestidos de baño, era el centro de atención entre muchas de las niñas espantosas que conocía, pero se veía tan perfecta que asombraba.

No la quiso entonces, aunque sabía que era la más bella, no la quiso, por la simpleza de sus palabras, porque desde siempre había buscado el amor perfecto, uno de mentes limpia y ordenada, una relación en que las discusiones fueran de algo más que revistas especializadas en galanes criollos y extranjeros.

(Continuará...)


hice traslado de blog, para que quede más facil.

4 de agosto de 2007

meme le decía mi mamá a la profe...

Me han pedido que siga con los test, ésta vez con uno de que tan play hablo, lo he leído y voy a contestar una a una las preguntas.

1. O sea

1993, carrera séptima en contraflujo… estamos en un lugar de fotocopias, y alguien hace el chiste tonto… cual es la carera más solicitada en la Javeriana? O seanografía. Odiaba ese chiste, razón por la cual he tratado de cuidarme de la frasecilla, así que opto por, casi nunca.

2. Fashion

Por supuesto, se le usa, no puedo decir que con frecuencia, pero alguien es fashion y punto… voto por a.

3. Super y Re (rete)

Las digo ambas; super me encanta, pero re y rete me parece que tienen un aire muy… rete chévere. (Se saluda a las niñas bareteras… las recuerdan el parce y también la rubia).

4. Li, Lu, Naty, Pavs y otras chicas del montón

Mi amigas se llaman por su nombre completo, incluido el apellido, aunque claro, hay sus abreviaturas, pero creo que tiene que ver más con la locha de escribir muchas letras… me gusta saber como se llama la gente (aunque después no me acuerde…)

5. Nena, Oye, (chiflido)

También todas, hay gente a la que hay que decirle nena, así tenga nombre completo y claro, Oye porque se me olvidan los nombres… Y chiflar me encanta, desde que ensayaba caminando por la calle… no soy una dura, pero si se chiflar :)

6. Chica loba y comentario al respecto

- ¿Donde se le quedaría el traqueto?. Sin duda alguna.

7. Super

Las cosas quedan super… las personas son super, los planes también… la verdad, casi todo es Super Guey.

8. Nada que ver

Eso me devuelve a la ponti, y la historieta de mi compañerito que se llamaba nada que ver y en ella a mi todo me daba mamera… (y todavía).

9. Blower, alisado y pelo planchado

O la toga de mis primas… esos son para mi, procedimientos exóticos con resultados lisos… y me sonrío por que se ve muy linda cuando se alisa…

10. gazimba, cheto.

Gazimba es gaseosa desde siempre, cheto lo deduje y conocí en ésta lectura, pero tiene sentido por lo del buseto.

Ya lo de hacer las cuentas de que tan play hablo, se lo dejo a ustedes, en los blogs del pato y lu están los datos de como hacerlo.

Termino con reflexión: El idioma es todas las palabras juntas, las que uno dice y solo tienen significado para si mismo, las que le ayudan a entenderse con los amigos, como cuando digo ja… y mi parce no me repite la frase sino que entiende que es mi abreviación de aja, y las que lo llevan a volverse ser social, los extranjerismos y los sonidos locales. Y ya esto… nada que ver.

Colofón: el profesor Super O es lo máximo.

2 de agosto de 2007

Avientame

Abrazame y muerdeme
llevate contigo mis heridas
avientame y dejame
mientras yo contemplo tu partida
en espera de que vuelvas
y tal vez vuelvas por mi

Y ya te vas que me diras
diras que poco sabes tu decir
despidete ya no estaras
almenos ten conmigo esa bondad
te extrañare no mentire
me duele que no estes
y tu te vas

Amarrame y muerdeme
llevate contigo mis heridas
murmurame y ladrame
y grita hasta que ya no escuche nada
solo ve como me quedo aqui esperando que no estes
en espera de que vuelvas
y tal vez vuelvas por mi
en espera de que vuelvas
y tal vez vuelvas por mi

La sandía y los aguacates

Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80...