5 de marzo de 2023

Ser y querer ser

El corazón es lo que me hace ser quien soy, el de las madres poderosas rodeando mi vida y el de cada ser que haya amado y me haya amado, todo eso dentro de los mangos de cada quien me ha modelado, el corazón que construye, acompaña y se llena de pequeñas virtudes, como entender el concepto de mi cuerpa es mía y que desde las amoras a una misma arranca todo, un adentro hacia afuera único e irrepetible. 

Chuparme el dedo, poner algún trozo de piel para consentirme con un objeto, abstrayendo mi cabeza de eso que me duele, afianzarme a mi misma en el terreno del fundamentalismo espiritual, haciendo Simran para no soltar el centro, medicinal y educativo. todas las partes que hacen que yo sea quien soy. en un complot maravilloso de evolución humana y papas fritas.

Enamorarme es complejo, en el amor romántico no suelo ser correspondida, luego paso meses y años añorando los felices momentos con cada mujer que me haya tocado el alma y por esta o aquella razón siguiera su camino.  

Extrañar es natural, pero debemos cuidarnos el corazón... pienso cuando lo leo en cuan hermosa es mi manera siempre expuesta de abrir el corazón en flor, a mi hasta me gusta que se raspe, en un masoquismo de dejarlo cicatrizado y sin olvido, mi corazón se enfrenta orondo a sus 10.000 batallas, aunque salga magullado o roto sigue vivo, palpitante, mi guerrero de las causas perdidas, esperando siempre la máxima victoria. 

Me pregunta por que la quise, a mi se me llena de razones profanas la cabeza, cómo voy a decirle que por las formas de las venas en sus manos, suspiro por toda esa complejidad que lleva ser usted, una necesidad urgente de yo comprenderla en la mañana siguiente, mientras seguramente duerme, se me escurren las lagrimas que hubiera preferido no exponer en su presencia, frágil figura de al mal paso darle prisa mientras con el canto de la mano elimino vestigios de sal y agua. La quiero porque quise sin más razones que el corazón que pretende cuidar dejando que nos extrañemos vuelto mierda y al costado del camino, esperando la palomita.

Se va dejando en mi el vacío de su ausencia y la pregunta siempre allí de si pude haber hecho algo para retenerla, un oscuro episodio de si vale la pena seguir mandando mensajes al viento, que coño nos pasa, ya se había ido de todos los modos posibles, para que vuelve a decir que se fue, me deja la cabeza en mil razones, ¿quiere que la retenga? las segundas partes nunca han sido buenas y yo pensando en tanta serie de 13 y más capítulos, me gustan las series, con su ánimo de libro en continuará. 

En los músculos del cuerpo las chapuseadas en cuanto morichal nos encontráramos por el camino del Dacia rojo en el que íbamos a esos paseos; la cascada del Dera, el pozo de la Mapaná, la vaca enterrada en el lodazal, el zorro corriendo en la llanura una tarde de fuego un diciembre, casi enero, el especial cariño al tractor naranja y la delicia que era pasar el rato sola en el granero jugando al bus en ese aparato que tenía las llantas mas altas que yo... en ese viaje, conocí el gengibre, cultivado en cuadrados de tierra y popó de vaca.

Una de esas muchas anécdotas que me hacen ser la persona que soy. y que ahí dejo, porque se atravesó cuando escribía esto y tuve que contarla también a modo de divertimento.

Yo para entregar el cuerpo imagino una vida juntas, esto  no quiere decir que me cueste mucho imaginarlo, una copa, dos cuadras, tres citas, cuatro cervezas, todas las veces que nos veamos, todas las veces que no, y la piense durante un trancón de vía principal a las siete de la noche y me sonría pensando vidas millonarias de Baloto a su lado. 

En mi corazón debe ser la posibilidad del amor  lo que me una a alguien, una búsqueda implacable de ser perfecta con alguien en complemento, de entender cada momento en su justa medida, de realizar las ideas durante años plasmadas en hojitas y dibujos, uno se convierte en lo que desea, decían, quiero un amor que me ame, nada menos.

Ser con mujeres es algo poderoso, intangible, peliagudo, con todos los defectos que haya tenido, que sigo teniendo y las virtudes que cultive, mantenga y haga crecer a través de los tiempos constantes de mi vida, entre comunicar y manejar viviendo en el 904 de la torre b.

En mi mango siempre habrá espacio para amar y si salgo lastimada, sobrevivo, duro es curarme, al final pasa, sana que sana colita de rana, la pomadita para esa quemada.

¿dónde estás 10 % ?. podría preguntar a la panorámica de Springfield, (alusión al meme que la sacó del Face)  nunca fue parte del 10, eso queda claro después de las 25 horas de ese día.

Así como soy de romántica, para mi el amor se multiplica, desde cuando Piedi respondía a mi pregunta de a quien amaba más,  si a mi hermana o a mi.  Lo que sé del multiplicado por experiencia propia, sentido en el corazón, es que se conforma de momentos y verdades, concesiones, aprendizajes a veces dolorosos, a veces sabios, estoicos y sonrientes, es lo que hay y lo que yo quisiera que fuera o hubiera sido, en mi cabeza, en mi corazón, en quien soy cuando conozco a alguien en la intimidad, donde se va formando una capa que me recubre y me transforma un poco en la amada.

Amaré sin medida tanto a los de antes de saberlo, como a las de después de probar la sensación más suave del mundo en los labios de la amiga, la certeza absoluta sentada en un banco alto en el lugar de la escalera al rodadero de la piscina en la pérgola de abajo, la barra, la música de plancha, the eyes of the tiger.

La decisión de amar para siempre, la tomé cuando en el apartamento de la abuelita entendí que mi mamá y mi papá se habían separado, no importaba cuanto se hubiesen amado para haberse casado, ya nunca más iban a volver a estar juntos, yo no lo entendí del todo y prometí ser lo opuesto, amar para siempre, pase lo que pase, hoy pasó que me ha dejado y la extraño.

el osito de peluche de taiwan


 

 

 

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