19 de septiembre de 2021

¿Cuándo volveré a arrunchar?

Me encanta la sensación del arrunche, consentir a alguien, tocarle el pelo, la cara, la espalda, abrazar y meter bajo mi ala como un pollito, a alguien, calentar pies y narices, pompas de jabón imaginarias, fotografiadas, grabadas por siempre en el disco duro del coco, como las flores que veo en el mueble de la loza, sobre la mesa de madera en un loop de fotos y pinta de llevar escolares, me siento a la mesa con la idea y las vueltas del sendero de las mujeres, mientras tanto busco las palabras que definan lo que siento y me encuentro con tres letras y un concepto e@x y lo que significan para quienes no nos identificamos con un lado u otro en el universo genérico, cuando está en cresta la ola... de microbus a chica trans? que he aprendido en este viaje inmenso que es mi vida repetida en fechas importantes? viene a la cabeza el recorrido de ayer al otro lado de la montaña y me encuentro a boca de jarro con mis palabras de izquierda o derecha y que me respondan, PUEBLO. sigo fascinada por esa respuesta, que me enseña y me llena también de quien soy por dentro y como se ve por fuera, la madre hace a la hija valiente, decía Laurita y bueno, es de valientes irse por el centro, está buenísima la sex education en su nueva temporada y soy feliz por haber aceptado que extraño a la amiga separada por la infancia complicada en mi cabeza y mis palabras contando los minutos para finalmente, hablar. Sin lugar a Dudas un finde Amor y Amistad inolvidable del que no tengo, una sola foto. y sin embargo la mejor imagen.


enanitos verdes y bueno...

2 de septiembre de 2021

De todito, como los que vi en el canasto.

El disfrute del espacio público es el principio fundamental del diseño de las torres donde vivo, he leído con tristeza en el grupo de los vecinos cómo el servicio de vigilancia ha decidido indicarle a los vecinos que transitan con sus mascotas, que este es un predio privado, algo que muestra como se ha endurecido el tema social en el país donde vivo, muy alejado del principio de la seguridad de lo publico a través del libre tránsito, en el instante en que lo escribo ladra desesperado un perro,me paro y trato de entender el contexto del agravio, que ya toca los nervios de la convivencia pacífica, entonces pienso en la guerra del lavadero y me lamento de mi propia condición, una siempre ve la espina en el ojo ajeno, me relajo con el dedo en la boca. 

Hace días quise leer un escrito del hombre de k; nada más empezar leí lo patriarca de las palabras que ahora veo en sus páginas y pienso en la e, la x y la @, que tanto fastidian a la real academia, fue hermoso cuando en mi caso particular llegaron a resolver mis asuntos de indentidad, de almas y personas, el deseo de ser hombre por su capacidad de joder a otres que luego de entendido se convirtió en las tetas sin sutian que tanto me disfruto en estos días. Sanar la raza en un bosque en el pueblo donde nacieron mis ancestres, un espacio en memoria de cada una de esas almas, como habría dicho mi mamá, sembré con mis propias manos el de la abuelita, me quedaron faltando mis otras 3 mujeres familiares, así que tengo que ir pronto a hacer eso y a llevar el armario que no cupo por dentro, otra vez será que lo amarremos al techo.



La sandía y los aguacates

Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80...