Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80, un mango era raro en las tierras del norte, los confundían con papayas al momento de etiquetarlos y las bodegas bananeras eran inmensas, en el tour del canal nos contaron que un helicóptero podía pasar de puerta a puerta, por dentro; los tomates venían de España, las sandías de Gaza, los aguacates de Israel, el café... de Colombia! las fresas las producían ellos, las mas grandes del planeta, ni hablar del monumento a la papa en alingsas.
Me duele profundamente la humanidad incluida yo misma en el micro espacio del 904b, pensando en esto de que siempre sea el espacio que habitamos el detonante entre quienes quieren estar y por eso sólo de no ser capaces de compartir armónicamente, maten a tantas personas, (leo ahora un libro sobre la masacre de las bananeras) Lo que me devuelve a una imagen de hace días, pasando por el "monumento de los gatos", que en realidad es museo a la memoria sagrada de las víctimas del conflicto armado en Colombia, un elefante blanco en medio de la 26 con Américas, que da cuenta de la corrupción rampante un detrimento de más de mil docientos millones de pesos...
han pasado años desde que mi hermana y sus amigos trataron de romper el bloqueo en la flotilla, han pasado aún mas años desde que mi abue vino a la Bogotá post Bogotazo, tantas violencias tan marcadas, las de fuera y las de dentro, con agresores en familia y monstruosidades de esas.
Se incendian los cerros y yo voy de un lado para otro en el pequeño Sparkie, aterrados los usuarios de lo bien que manejo, yo encantada por los halagos, aprendiendo a ser humilde.
Me voy a resolver asuntos.