la vida no vale nada
De éste mundo, todes nos iremos con las manos vacías, es la moraleja del cuento que alguna vez hubo por miles en la biblioteca del hogar; salud y educación piden los jóvenes a gritos en las calles de Bogotá, los trabajadores también se expresan en unas marchas multitudinarias y hermosas que he vivido en estos días, ¨a parar para avanzar...¨ y el recuerdo de mi madre diciendo que no saliera a la calle el día que mataron a Pizarro me viene a la cabeza cada vez que salgo, muchos años pasaron antes de mi primera marcha del orgullo, no se si fue 2005 o 2006, lo sabrá Harry que tomó la foto en la plaza de Bolívar con la camiseta venezolana y la banderita del arcoíris algo que de Lesbianas Bogotá, nos llevaría a DeGeneres-E y los tiempos del activismo LGBT, me sacó a la calle la amiguis con el pretexto de una tela para escribir Lesbianas Bogotá, un movimiento que se había formado en el Messenger de Hotmail en los primeros tiempos de estos tiempos tan Smart y que en esa marcha salía por primera vez a las calles, amo profundamente por lo que trajo a mi vida; llevar la bandera con orgullo, como mi abuelita los 20 de julio en la cra 18 no. 23a 25, que la colgaba de la ventana, y le sigue el recuerdo del novio de la vecina y su paso del piso de ellos a nuestro lavadero. Oh chango, he mentido, viene a mi cabeza la perdida del zapato en la marcha de la solidaridad por Colombia con las amigas boyacenses, por allá antes de los 10 años en que volví a casa con un zapato en un pie y una media en el otro. Son distintas todas las marchas y sin embargo son la misma, el clamor del pueblo por mejores condiciones sociales, lo que me lleva a la brutalidad de la policía, al beneplácito de algunos, al apoyo irrestricto a las fuerzas armadas que sin embargo han perdido su norte, el macabro contubernio entre política, corrupción y narcotráfico que sacude al país y siempre lo termina encendiendo, como si la luz del sol se tapara con un dedo, son distintas todas las personas y la moraleja de esto es que en el fondo todas somos iguales, todas dejaremos este mundo sin nada en las manos, o en el cuerpo (pensando en temas de cremación). ¿quién nos protegerá de los vándalos? decía mi compañera de curso, para ella unos inadaptados que destruyen instalaciones públicas y privadas, para mi, los que roban en grandes elefantes blancos que incluso se desmoronan en la geografía nacional, Morirse en la calle por protestar o morirse en las calles por impedir las protestas? yo prefiero en casa cuando se acaben mis respiraciones, como decía el santo del turbante y la barba cuando hablaba de la pelona.
Yo desde esta humilde palestra promuevo, apoyo y busco en mi la paz, el amor, la comprensión entre seres y el buen entendimiento de unos y otros, lo hago desde mi ser un millón de #hashtags, hija, hermana, vecina, compañera, amiga, cuando saludo a los marchistas mariguanos y me pregunto que habrá sido de la multa en el parque, pienso en la canción que la pide legal y de calidad y en mi madre tomando las gotitas porque yo pensaba que le aliviarían el dolor... pienso en la salud y la educación que me dio porque entonces como ahora, no es este el gran proveedor y debería.
Un negocio, con precio por cabeza, mientras mendigo de un amigo su afiliación y corroboro que sigo prefiriendo las botellitas del mueble en mi cuarto y el aprender de los años que me ha mantenido viva, se me llenan de lagrimas los ojos pensando en muertos, en desaparecidos, en mujeres violadas, en tantos sufrimientos que causa un estado de derecho desigual y arribista y pienso en mis compas atiborradas de noticias en balanza arreglada.
iba a hablar de la extropía esta mañana y el ejemplo del agua, en el ciclo inercia, entropía, extropía, inercia, ¿Qué color serán nuestras aguas? cuando se fundan teñidas por la sangre del pueblo.