Ya han pasado varias semanas desde que me desperté pensando en Manuel Velandia, y su sorpresivo abrazo en el Oriol Rangel, fui ahí por invitación de la madre cuyo hijo encontré en las escaleras, lo saludos desde aquí recordando lo amoroso de su parte al indicarme la escalera correcta y luego la busqueda del lugar mas apartado para presenciar el evento. Sonrío, de todas las divas en sus poses, incluida la presente y el incomodo momento que tanto aburre, me llevó pronto a la salida, de sonrisa, el abrazo de judas y J como siempre un caballero. De camino a la torre todas esas caras y todas esas personas que siempre están por ahí haciendo historia, mientras yo rosando el pavimento en estos días, le doy vida a mi desfigurado destino, no más prender la radio, el unicornio de jerry para darle significado al homenaje: Inclino la cabeza frente al buen amigo del merecido silencio y me asombro de la participación del padre de familia en el planeta de paz y de la mujer de las muletas que venía de la ciudad blanca... aprender sobre todo lo que hizo que esa gente se uniera y bueeeno, hasta la mujer de la paseante gata del pecho, ahí, el colofón con la señora que antes reconocí como profe de la u donde estudié, que tiempos!!!
La llegada a mi vida de la casa de muñecas vino acompañada de un corredor que no había recorrido tanto aunque me sea tan cercano, una delicia de andar, de arriba abajo y de abajo arriba en volandas; de resaltar el fashion a la semana siguiente, el cumple de Viviana y el futuro de mi corazon.
El paseo a Turmequé para llevar las cositas heredadas de la leona, tuvo de todo como en botica, también mi nueva labor de paseadora de perros, un anillo al dedo para hacer ejercicio, el laburo al tope y contenta, porque hago lo que me gusta como nunca antes, sin ataduras, sin miedos, carpe diem.
Del Laural Sendero de Mujeres, como mi emprendimiento mas reciente en la noticia de mi primera cliente a la vuelta del correo, la sensación de un mundo mas lleno de complejidad y sin embargo mas fluido, más de recta.
Cena con las celebrantes de amistad tanto tiempo de andar en juntanzas... la dragona, a quien siempre me hace feliz ver, allí por todos lados impregnando con su fragancia el ambiente y las salsas de tomates del huerto del vecino cada día mas sabrosas, un vinito matinal antes de ir a por dinero para las vueltas varias y sonrisa.
Amo mi vida como es en esta mañana, después de hacer visita con la comadre en la panaderia, suspiro sigo siendo El día Feliz de la vida.
ps: quería terminar este escrito con el extraño sueño medio revoltoso revolucionario con la amiga de la cámara y la señora esa... que chistoso eso, todo muy lgbtuno.