19 de noviembre de 2020

La bandera y el mal trato.

Eliminada de face, como tantas otras en sus tiempos, que llegará el día en que pueda estar cerca en el principio del amor eterno, por ahora, a metros, ya veremos si llega a tatuaje, nunca se sabe, son muchos odiosos momentos, como para saber con el tiempo y a su edad, esas cosas pasan, y a la mía, que han dejado de importarme tantas y ya no me las como todas; con todo y mi volátil carácter, con todo y el suyo tan tormentoso, me da risa, que fuera mi bolsa de los "arreglables" en un plan de té en casa de mi amigote lo que sellara la ruptura y no su grosería con el préstamo de la bandera, fue raro recibir la llamada,ya para ese momento y hace rato estaba la determinación de no volver a buscarla aunque quisiera arrunche, yo contesto porque soy decente y luego se me olvida que no iba a contestar, fue gracioso que empezara tan cordial a decirme lo que ambas sabemos hace rato y de repente se metiera con las cosas olvidadas, bien puedes botarlo todo, era lo que yo iba a hacer antes de tener la brillante idea, ni me acordaba de el, pero claro que quise arreglarlo, hubiera querido tener la paciencia, el conocimiento  y el tiempo, que supuse en ella, pero claro no posee la personalidad de mi relojero, le emputó el vibrador y ahí si que hacemos si le da asco el cuerpo donde más de una vez metió la mano. representado en un objeto que quise arreglar y terminé arrumando entre otros tantos, no fue por ofenderla, claro, ni me acordaba de su existencia, y triste eso, porque lo recuerdo con cariño por el buen masaje que me daba, y bueno, que vamos a hacerle, reír en vez de llorar que son tiempos flojos y no se que será de mi de aquí a febrero. 


la música final de este drama



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