30 de octubre de 2006

el sentido del tacto

Poner la mano sobre la piel de una mujer, es un misterio para cada uno de los dedos, deslizarla para sentir las formas, es una manera de conocerla toda, de conocer las texturas de su rostro, del cabello; pasar uno a uno los dedos suavemente, por los párpados, por las orejas, sentir cada comisura, cada milímetro, es un placer que solo se obtiene con el tacto.

Un día hablando con la amiga en el colegio de la tierra caliente, sentadas ambas en la piedra al atardecer, me decía ella que el mejor sentido era la vista, el más lujurioso; yo, le decía que no, que el mejor de todos, sin duda, es el tacto…

La piel se va abriendo a la mano… va contando sus secretos, va descubriendo cada momento y lo va definiendo, el tacto es el mejor sentido, el más acertado para conocer a alguien.

Años después, cuando ella había probado el amor, me dijo de repente: Si, el mejor sentido es el tacto y se sonrió.

Me acordé entonces de sus ojos el día del cumpleaños, cuando se nos encontraron las chispas y sentí por un momento que el mejor sentido, es la vista; rato después ví a su marido ponerle la mano en la mejilla y bajé los ojos… el mejor sentido, es el tacto.

La sandía y los aguacates

Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80...