17 de febrero de 2013

domingueando

suena de fondo arjona y claro, me remite, cierro los ojos y le ruego a Dios que un día me regale el olvido, mientras, escribo sobre el día en el que he preparado el almuerzo con mi ma y mi hermana y me he leído un poco de otro libro que lleva años por ahí sin ser del todo terminado... entendido?

tendí la cama y arreglé el cuartito lo mas bonito, poco común en mi tiempo de solo sueño... 

No hay comentarios.:

La sandía y los aguacates

Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80...