6 de julio de 2013

crecimiento emocional


lo que más tengo roto, es el corazón, digo a veces, cuando lloro desconsolada por alguna cosa grave o simple que me pase, una llorona de corazón blandito, que por todo, chilla... supongo que ha sido un mecanismo de defensa ante algunas de las singulares situaciones que me han ocurrido, no tan graves como otras que me han contado amigas en copas de sótano en la jiménez, divago.
ayer me ocurrió todo un drama sobre el tono que emplea mi hermana para "ordenarme" algo, terminé con mi nobleza de siempre, haciéndole el favor y descansé un poco de una rabia que tenía de años atrás, que ella ni siquiera recordaba y lloré como una tonta, pero creo que el principio del entendimiento ha re surgido entre nosotras, reaccionamos emocionalmente de maneras distintas los seres humanos, pero con todo y dolor de cabeza y ojos de sapo, me siento feliz de haber empezado a madurar.

No hay comentarios.:

La sandía y los aguacates

Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80...