A los 7 tenía la conciencia de querer ser
periodista, por aquello de la tradición familiar, entre los Manga... mi papá
era publicado por los periódicos locales de manera aficionada y nos leía sus azañas
de pluma en las mañanas de cocina y café, tiempo en que los prim@s trabajaban
en los periódicos rivales ellos si
graduados de nombre, tarjeta profesional y pago mensual.
Antes de llegar a ese cuando se me atravesó un
viaje a Gorgona y una nena con una cámara haciendo un documental de ballenas,
me enamoré a primera vista, quise ser comunicadora social en ese
instante, para aprender a decir las cosas haciéndolo en video, eso pasó cuando
estaba en sexto grado en el Cardenal Pacelli, 11 años después...
Había estudiado comunicación social en la Javeriana,
la escogí pensando que al ser la facultad más antigua del continente era la
mejor en el tema de contarle a la gente cosas y en vez de periodista de la
sabana, me hice comunicadora educativa, estando en las del pregrado me dediqué
a la programación de jazz en la emisora universitaria, casi toda la carrera con
clásicos del jazz, fusiones y blues.
Empecé con sueldo como asistente de una serie de
programas sobre innovaciones educativas que se presentaron en los países
del convenio Andrés Bello, con mi alma eco y luego de los 20 programas hechos
me fui 6 meses a Chingaza, un parque nacional natural de Colombia donde aprendí
mucho en el área de comunicación y cultura campesina e hice un documental sobre
osos de anteojos.
Saliendo de eso hice mi trabajo en serio, "el
cine se hace con las manos", una apología del trabajo audiovisual de dos
mujeres muy pilas... únicas ambas, cada cual con su propio estilo y así fui
siendo comunicadora social con énfasis en comunicación educativa.
Pequeños trabajos por contrato en dependencias del
estado, uno de esos en Putumayo, enseñando a hacer argumental a la gente común,
dejando, registro histórico de la vida en otros lados, contado por sus mismos
protagonistas, en imaginando nuestra imagen... feliz e indocumentada diría el
nobel.
Me hice independiente en el año 2001 después de la
frustrada empresa de casting y modelos que empecé antes de irme a Europa como
exploradora y au pair, en ese viaje fue donde conocí la historia que ha sido mi
hija boba: Malvamara: La historia de la lucha por el derecho al libre
desarrollo de la personalidad de mi amiga Marta Alvarez en las cárceles de
Colombia.
Con Etnica Productos y Servicios, la empresa que
cree en 2001, he hecho en su propósito comunicativo, imágenes para
colegios, empresas, organizaciones y eventos, realizando cortos documentales y
de promoción audiovisual, destaco, "derechos 10 min" con la
corporación DeGeneresE de la que formé parte un tiempo, el video soporte del
libro 500 recetas de comida vegetariana y una serie de spots sobre rumba segura
para la ciudad de Bogotá donde dirigí equipos de trabajo grandes.
Comunicando a través de la radio he hecho cosas de
las que me siento orgullosa, Desátate por ejemplo, fue un programa, el primero
en su índole en la emisora mariana 1430 am perteneciente a la comunidad
jesuita, en Bogotá, donde me apunté un hit histórico, con un programa
abiertamente lgbt en un medio de comunicación católico de la misma comunidad
que me educo para cambiar imaginarios, cambiando desde adentro fue eso, duró 6
meses, obvio fue vetado por contenido subversivo.
Mundoles fue un espacio dirigido a las mujeres
lesbianas en radiodiversia la primera emisora lgbt de Colombia, donde hablamos
con activistas, políticos y gestores culturales, en general disfrutamos de
compañías femeninas que construyen lesbiandad, un hermoso recuerdo ese,
conservado un poco en un blog que aún subsiste en la red.
Últimamente he pasado a otro nivel de comunicación,
coordinando interpretes de señas para personas con discapacidad auditiva, una
iniciativa que ha involucrado a población en estado de vulnerabilidad en
localidades apartadas de Bogotá... un trabajo bellísimo por su contenido socio
político de bienestar colectivo.
Proyecto realizar un trabajo documental sobre el
libre desarrollo de la personalidad que abarca ya no solo a Marta y malvamara,
sino a todo lo que ha conllevado su presencia en mi vida como motivo de
reflexión sobre quienes somos a partir de nuestras vivencias existenciales como
personas atraídas sexo afectivamente por otras de su mismo género.
Groso modo ese ha sido mi camino comunicativo,
escrito hoy por petición de mi hermanita Angie.
El colofón. Yo soy un día
feliz, el blog donde escribo esto.
la canción que sonaba cuando escribía el final de éste monólogo: