8 de marzo de 2014

Mi camino como comunicadora social


A los 7 tenía la conciencia de querer ser periodista, por aquello de la tradición familiar, entre los Manga... mi papá era publicado por los periódicos locales de manera aficionada y nos leía sus azañas de pluma en las mañanas de cocina y café, tiempo en que los prim@s trabajaban en los periódicos rivales  ellos si graduados de nombre, tarjeta profesional y pago mensual.

Antes de llegar a ese cuando se me atravesó un viaje a Gorgona y una nena con una cámara haciendo un documental de ballenas, me enamoré a primera vista,  quise ser comunicadora social en ese instante, para aprender a decir las cosas haciéndolo en video, eso pasó cuando estaba en sexto grado en el Cardenal Pacelli, 11 años después...

Había estudiado comunicación social en la Javeriana, la escogí pensando que al ser la facultad más antigua del continente era la mejor en el tema de contarle a la gente cosas y en vez de periodista de la sabana, me hice comunicadora educativa, estando en las del pregrado me dediqué a la programación de jazz en la emisora universitaria, casi toda la carrera con clásicos del jazz, fusiones y blues.

Empecé con sueldo como asistente de una serie de programas sobre innovaciones educativas  que se presentaron en los países del convenio Andrés Bello, con mi alma eco y luego de los 20 programas hechos me fui 6 meses a Chingaza, un parque nacional natural de Colombia donde aprendí mucho en el área de comunicación y cultura campesina e hice un documental sobre osos de anteojos.

Saliendo de eso hice mi trabajo en serio, "el cine se hace con las manos", una apología del trabajo audiovisual de dos mujeres muy pilas... únicas ambas, cada cual con su propio estilo y así fui siendo comunicadora social con énfasis en comunicación educativa.

Pequeños trabajos por contrato en dependencias del estado, uno de esos en Putumayo, enseñando a hacer argumental a la gente común, dejando, registro histórico de la vida en otros lados, contado por sus mismos protagonistas, en imaginando nuestra imagen... feliz e indocumentada diría el nobel.

Me hice independiente en el año 2001 después de la frustrada empresa de casting y modelos que empecé antes de irme a Europa como exploradora y au pair, en ese viaje fue donde conocí la historia que ha sido mi hija boba: Malvamara: La historia de la lucha por el derecho al libre desarrollo de la personalidad de mi amiga Marta Alvarez en las cárceles de Colombia.

Con Etnica Productos y Servicios, la empresa que cree en 2001, he hecho en su propósito comunicativo, imágenes para colegios, empresas, organizaciones y eventos, realizando cortos documentales y de promoción audiovisual, destaco, "derechos 10 min" con la corporación DeGeneresE de la que formé parte un tiempo, el video soporte del libro 500 recetas de comida vegetariana y una serie de spots sobre rumba segura para la ciudad de Bogotá donde dirigí equipos de trabajo grandes.

Comunicando a través de la radio he hecho cosas de las que me siento orgullosa, Desátate por ejemplo, fue un programa, el primero en su índole en la emisora mariana 1430 am perteneciente a la comunidad jesuita, en Bogotá, donde me apunté un hit histórico, con un programa abiertamente lgbt en un medio de comunicación católico de la misma comunidad que me educo para cambiar imaginarios, cambiando desde adentro fue eso, duró 6 meses, obvio fue vetado por contenido subversivo.

Mundoles fue un espacio dirigido a las mujeres lesbianas en radiodiversia la primera emisora lgbt de Colombia, donde hablamos con activistas, políticos y gestores culturales, en general disfrutamos de compañías femeninas que construyen lesbiandad, un hermoso recuerdo ese, conservado un poco en un blog que aún subsiste en la red.

Últimamente he pasado a otro nivel de comunicación, coordinando interpretes de señas para personas con discapacidad auditiva, una iniciativa que ha involucrado a población en estado de vulnerabilidad en localidades apartadas de Bogotá... un trabajo bellísimo por su contenido socio político de bienestar colectivo.

Proyecto realizar un trabajo documental sobre el libre desarrollo de la personalidad que abarca ya no solo a Marta y malvamara, sino a todo lo que ha conllevado su presencia en mi vida como motivo de reflexión sobre quienes somos a partir de nuestras vivencias existenciales como personas atraídas sexo afectivamente por otras de su mismo género.

Groso modo ese ha sido mi camino comunicativo, escrito hoy por petición de mi hermanita Angie.

El colofón. Yo soy un día feliz, el blog donde escribo esto.



la canción que sonaba cuando escribía el final de éste monólogo:



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