yo no se hace cuanto mi madre viaja a la india, o cuantas veces lo ha hecho, recuerdo los regalos que me traía cuando ninna, que eran fantásticos, europeos e indios, poco comunes, y de mi total agrado. también recuerdo cuando fui la primera vez, recuerdo olores como el del estiercol al servir de combustible, las visitas turísticas incluido el taj majhal de agra, los animales exóticos, la culebra, el oso, el camello y el elefante, los lugares fantásticos, como el de las columnas alineadas, o el de los muchos lagos, las situaciones como cuando me querían empelotar en el aeropuero para requisarme y me hice la que no entendía, personas como el ayudante de bus y su colección de esferos, objetos como los candados de tigre o los chales de cachemire, el apodo de swami vive comprando que me pusieron los amigos vive roncando y vive durmiendo, (para no iniciados hay muchas historias del oriente místico que hablan de un swami llamado vivecananda) todo relacionado con nuestra forma de estar con Dios, medito mucho en los viajes a la india, al menos 5 horas diarias, con los annos mas, que en los tiempos del rajhastan y el salon del ashram del maestro sant ji y la cueva subterranea del gordis y el modo de tomar el almuerzo.
y hablando del gordis me acuerdo lo que era ir a verlo, lo que fueron nuestras entrevistas, tambien con sadhu, mi alma salta de alegría, por que voy otra vez... al viaje sagrado y no iba hace annos.
y hablando del gordis me acuerdo lo que era ir a verlo, lo que fueron nuestras entrevistas, tambien con sadhu, mi alma salta de alegría, por que voy otra vez... al viaje sagrado y no iba hace annos.
1 comentario:
debes estar en tu viaje. Que rico.
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