24 de febrero de 2012

los dias pasan

es gracioso como se acuerda una de cosas con el pasar del tiempo, como la sensación de esperar a mi mamá en el ashram del bosque de pinos, mientras se quedaba a meditar extra, mientras yo tiraba piedras al sistema de agua y jugaba en el bosque en medio de unos fríos monumentales, ahora he empezado una nueva ruta todos los miércoles y jueves a subachoque, donde medito entre un recorrido y el otro de las rutas escolares, ahora soy yo la que medita, que es muy bonito para la sensación del alma.

ya no hago ruta en el euca, pero si para el liceo, al que ya le hice un video y le voy a hacer otro durante el año, y desde esta semana una media ruta sacando niños díscolos de un gimnasio ingles, se acabo por ahora el trancón de los oficinistas, asi que regreso a casa hacia las 7.

la vida ha seguido su curso, y entonces pienso en la sensación de encontrarnos y fuera mas bien un desencuentro, ¿porque será que los sentimientos cambian al punto de que donde hubo tanto ahora ya parezca que no queda nada?... la gente cambia y se me viene a la cabeza la canción de drexler que ahora trataré de poner aquí...



al fin tengo chaleco hecho con la lana de mis ovejas y al ponérmelo me siento como con un chaleco antibalas, lo amo por lo que significa en mi vida, como amo pelar las papas y ponerlas al fuego y saber que ha sido mi trabajo el que las pondrá sobre la mesa.

paso el día en casa de la amiga escolar y pienso en como la amistad es tan relativa, parecida al amor, que cambia y ya no es la misma... aunque claro, nunca fue mi amiga aquella a quien llamo por sentirme sola, como el hongo que soy desde niña, conflictiva, como cuando queme el techo...

en todo caso, con todo y los párpados inflamados, sigo siendo un día feliz.

No hay comentarios.:

La sandía y los aguacates

Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80...