Supongo que esto le pasa... suspiros
Ha accedido a bailar conmigo Cali pachanguero , lastimosamente extrañé su sonrisa mientras lo hacíamos, mi corazón se resquebrajó cuando vi que le salían estrellitas de los dientes a mi espalda... esas cosas que me tocan entre plon y plon; luego llanto en la cocina, lo que se quiere y es mejor evitar tener... cuanto agobio, el drama siempre latente de los sentimientos no compartidos del mismo modo, yo me siento en un universo paralelo, sigo siendo un hongo en el desierto congelado, la premonición de la fiesta sindical en Gotemburgo, respirándome en la nuca, preámbulo de la decisión mas importante de la vida, desde hace cuatro días me pone el corazón de arcoíris y le dan vida a este día feliz.
Viene desde el taller de escritura 4 días después siendo 8 un podcast de Marta y volver a ver un video de hace años, escribirle a la amiga en Boston, enterarme de su visita al ortopedista para resolver la rodilla dañada, recordar esa noche en NY conociendo el icónico lugar, saber que la vida dio un vuelco al entender que esa era una decisión propia del ser yo misma.
A donde voy a llegar con todo esto, a mi fascinación por el ojo de loca que no se equivoca y la maratón de queer eye que me robó de la salsa, suficiente con la pieza imperfecta para suspirar y la escapada de media noche a dormir en mi propia cama.
Esta cama donde disfruto ahora 10 de junio escribir, tanto y más que manejar a lo que le quito una hora, tiempo para mover los dedos de otra manera, se atraviesa la pasajera con una delicia de labio de la que quiero un mordisco en playa guajira, silencio administrativo, se cae la señal y es posible que esto no quede guardado.
la imagen sale de la carpeta guajira siendo yo en ese tiempo y el video en visita a NY con marta
amo ser un día feliz en sábado matutino.
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