27 de marzo de 2007

Marido

Cuando era niña, siempre dije que me casaría, que tendría en mi haber 5 hijas y 7 perros, uno para cada miembro de la familia; no sucedió, a menos de que contásemos a mis perras como hijas, pero entonces, aún me faltarían 3 hijas más y otros 7 perros para completar.

Luego, con el tiempo y el advenimiento de la lesbiandad, pensé que tal vez los presagios del anillo se referían a las mujeres que amaría en la vida, van 3, ¿será que faltan 2? Claro, de los 7 perros iría apenas en 2 y faltarían 5… matemática simple.

Bueno, supongamos que vaya y pase, que o son perras, o son mujeres, pero se completan ambos ítems, ¿donde queda el marido? nunca me planteé ese tema, para mi era cualquier gato aparecido, podía haber sido mi parce a los 15, cuando su madre, por salvarlo del ejercito me ofreció desposarlo.

Pudo haber sido mi compañerito de parque, al que le decían mi marido porque dormimos juntos en un puesto de control de los del parque chingaza.

Últimamente tuve uno de papel que me sacó la piedra por incumplido; y me reafirmó de nuevo que no valen la pena los hombres, se me sale la “machoginia” (no se me el término para la misoginia hacia los hombres)

Me quedo con la dama, y que los sueños de perros, hijas y vida conyugal, se conviertan en ella, fiel, generosa y comprensiva.

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