10 de septiembre de 2007

Susana y Margarita



Me fui el domingo a las 6 de la mañana después de lavarme los dientes con el dedo y alisarme el cabello con la mano, para el trasmilenio; el sábado se me ocurrió hacer visita en la casa del parce con el y con su novio el palilludo cuando de un momento a otro se nos volvió la cosa rumba y en vez de salir de casa, como lo tenía planeado, con un morral, una gorra, gafas negras y sanduchitos de queso y tomate, terminé saliendo desde la casa del parce a las 6 am, sin ninguno de los implementos que tenía pensados.

Me fui como vestida estaba el sábado (sin bañar siquiera, supongo que es evidente) a mirar unas ovejas, tan pronto llegué al portal del norte había muchas flotas para Tunja, cogí la que salía de una y me foqueé todo el camino.

Ya en Tunja me encontré con la amiga de archie y su hijo el parecido a mi y en su logan nuevo nos fuimos para Duitama.

De Duitama fuimos a Nobsa que estaba de fiestas y preciso en ese momento celebraba una carrera ciclística; paseamos un poquillo y puedo decir que todo en ese pueblo es de lo más colonial (de un modo menos turístico que villa de leyva) y lleno de ruanas guindadas (muy raquiereño), al fin después de un rato nos regresamos a la finca del marido cachón, que ya muy juicioso nos esperaba con Susana y Margarita.

Un par de ovejas de lo más melenudas que iba a negociar con el, mientras hablábamos fuimos a visitar su cultivo de fresas así que de desayuno comí fresas que iba recogiendo de las eras, unas muy dulces y otras con acidito de verditud.

En un balde recogimos tomates de su invernadero y mazorcas de un maizal como el que había en laural (la finca de mi madre), quedamos en que me llevaba a Susana y el se quedaba con Margarita para esquilarla antes de que tenga cría, pues hay que hacerlo con mucho cuidado para que no la vaya a perder.

A Susana la cosa le fue color de hormiga, porque la metimos entre el baúl, mani y pierna atada, durante lo que duró el viaje a Turmequé (como 4 horas incluidas las paradas), pero esta mañana cuando pasé a visitarla, ya balaba y comía pastitos muy ovejuna.

Desde ayer soy feliz propietaria de dos ovejas que están preñadas, Susana y Margarita, en diciembre nacerán las crías (a las cuales aún no se como llamaré) soy socia del marido cachón y de la vecina de laural en una modalidad que se llama: “al aumento” lo cual quiere decir que pagados los gastos de la compra del animal, cualquier ganancia proveniente de la lana o la venta de las crías es repartida por mitad, entre los cuidadores y yo.

Dormí en laural y hoy a las 11 me regresé a Bogotá, y ahora muy 6 pm me siento especialmente feliz porque lo rural de mi corazón salta de pensar que tengo ovejas!!!


Susana y Margarita

2 comentarios:

Andrea dijo...

que bonitas ovejitas ili

Ilichtna Manga dijo...

lindas cierto?

down town abbey en tarde lluviosa de sábado

Hace raaato no me daba una tarde de sábado como la de hoy, con ginger y papitas de paquete, me he vuelto más juiciosa para comer, sobre todo...