la primera vez que vine a armenia fue a visitar a b, cuando era una niña de unos 6 años, he estado en ésta ciudad varias veces, la última, enamorada de a (manejando a laura alcira)...
aquí estoy otra vez, echada en la cama de la nieta de b quien es algo así como una hermana de mi madre... en realidad no es mi tia, es mas bien como una mamá rara, para mi es como si lo fuera, una madre del corazón, una persona muy especial de mi infancia y de mi vida, que hace años vive aquí, que siempre fue mi referente para ésta ciudad y conoce la historia de mi familia más cercana antes de que yo los conociera, una visita bizarra en medio de un trabajo a mitad de camino, que me ha llevado a conocer una familia muy simpática a la que traje de paseo a una finca en montenegro de la que no me voy a poner a hablar en este cuento...
b está en mi corazón por el viaje a florencia, que haciendo cálculos ella, ocurrió cuando yo tenía 2 años y me relacionó con ella y su marido en el mapa de mis afectos, para siempre. De niña ella estuvo muy pendiente de mi pues mi madre estaba estudiando y aunque el episodio que me impactó de ese cuidado fue haber ido con ella a ese viaje... mi abuelita, que era una mujer grandiosa y generosa la llevó a vivir consigo cuando su verdadera madre (que igual es una mujer interesante de la historia familiar entre otras cosas por ser un poco casquivana)... le lanzó a b un taconazo en la cabeza y a mi abuelita le pareció que era la tapa y se la llevó con ella convirtiéndola en su mano derecha en casa y poniéndola en el colegio y consiguiendo, como dice ella, que se hiciera profesional, para ella, mi abuelita le cambió la vida a su familia del mismo modo que lo hizo con tantas personas incluida yo misma, (también otro cuento, mi abuelita)...
he de decir que en esos tiempos en que los criaron a ellos y ella me ha contado en éstos días de estar juntas... la vida era un poco más dura de lo que me tocó a mi, la abuelita se había ido de turmeque con sus hijas e hijos pues su marido la había arruinado y ella, siendo de una familia divinamente se los trajo a Bogotá y los crió cociendo y cocinando que era lo que sabía hacer divinamente, mientras de paso ayudaba a quienes se encontraba a su paso, como la familia de b... a todos en la buena nos crió, con valores y algunos buenos sentimientos y otras cosas, a la buena en mi familia fue a los golpes muchas veces, lanzando tijeretazos y llenando de pellizcos como hacía ella, poniendo las papitas fritas sobre la mesa o llevando mercados a los hijos de las queridas y haciendo un montón de labores increíbles y sin embargo cotidianas.
el caso es que b me llevó a florencia caquetá a los 2 años, fue de vacaciones y por unos días, cuando hacía rural de bacterióloga y eso se me grabo en el imaginario y en el corazón dejó para siempre su presencia en mi vida.
cuando le pregunté a mi mamá como era que me había dejado tan chiquita en manos de alguien más para semejante viaje, me dijo... es que yo sabía que no te iba a pasar nada malo y hasta yo se que b es un alma de díos en la tierra y con ella no podría pasarme nada malo.
pues heme aquí, temperando unos días en su casa, mientras espero unos viajeros que traje treinta y tantos años después de haber estado con ella en florencia... ha sido un tiempo estupendo, hablando de la familia de antes de que yo naciera, con lagrimas y todo... divino plan, volviendo a su laboratorio y a su microscopio y al mundo de la infancia y de las risas.
la familia es tan ecléctica, tan llena de matices... tan dura a ratos...
hablamos del terremoto a raíz de uno ocurrido anoche, de cuando tuvo que vivirlo todo destruido y de los tiempos duros que significó, fuimos al cine, comimos, bebimos, reímos y lloramos, como son los cuentos largos, el cajón que fue corral de ella y mio, increíble lo que las acciones reaccionan, después de tanto tiempo... como las hondas de los terremotos pienso antes de darme el motoso del almuerzo.