14 de abril de 2017

Unos días en laural

viene a mi cabeza el suave rumor del amor que no fue, de nuevo en la cama a la hora de meditar y no me concentro, sólo pienso en la última vez que estuve aquí, parecen una eternidad todos los sucesos desencadenados en una sola noche... y luego resulta que la vida ha dado vueltas y he regresado de los días en laural, con la perspectiva de al menos verla, tonta de mi que pierdo la cordura y en medio del preludio, de mil modos distintos me imagino la escena, afectan en el medio los mensajes en entropia que causan les demás humanes, sonrío con el propósito de poner los dedos sobre las teclas, para al fin dejarme llevar por la clarividencia.

suena en mi mente su presencia, la de todas, vienen también m y s con la pregunta que aún no respondo, y me retumba el torax.





No hay comentarios.:

La sandía y los aguacates

Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80...