11 de junio de 2020

crema en las manos

Hace 10 días que no hay huéspedes en la torre, lo que me ha hecho inmensamente feliz, un tiempo para ser Ilichtna en casa, como era de niña, como soy ahora, igualita, de pronto, con un poco más de orden, de propósito.
tiempo de rutina personal y disciplinada, en la maravillosa indisciplina de dejar la cobija tirada sobre el sofá después de la siesta de las 11 y que pasé allí tres días y yo sin sueño, sentada frente al cañón, lista al ataque del entendimiento, al pasar de páginas y capítulos.
Escribo lentamente, y lo repiso muchas veces, lo machaco y me machaco la cabeza pensando en su utilidad, en el momento de las letras que pierden sentido, que lo adquieren en un mundo donde por un virus se detuvo la educación presencial, un mundo donde están prohibidos los abrazos y los doy, porque me aterra  que en medio de tanto se pierda humanamente lo que hemos construido de manera conjunta, en sociedad civil.
amo el parque y lo que significa, que sea de la independencia, amo saberme la historia del quiosco de la luz y leer el libro pequeño donde estaba el separador... saludar al descendiente en el parque que sea mi vecino, que volver al parque me haya devuelto 10 años perdidos.
tengo un nuevo tatoo en curación y a las 4 viene la amiga de la pensativa a hacer pan; hecho el pan, pasado el día, me aferro a la escritura y vivo de la tarjeta, mientras pasa la pandemia y todo vuelve a la normalidad con respecto a la educación, a la salud, al trabajo, a mi en casa con sentimientos encontrados, con aguacates a domicilio.

he aquí un video legendario.

https://www.youtube.com/watch?v=r1MsMaqMgbA&fbclid=IwAR38XB6nbEjeikGbh7G7_hXrMbdn8eVE6yGYdS8oVvu_SL9vkbUWs2sWInM


por los 4 años de mi madre estelar, un bayan al cielo pronunciado, que ella cantó en la india en 1984, en el año en que mi hermana fue con ella al rajastán, yo empecé a ir al año siguiente, última vez en 2011, por lo que me siento privilegiada y amada y todas esas cosas que le conté a la panadera.

el tiempo pasa y vamos estando en lugares que no son los de siempre y que sin embargo se van acomodando, nos van haciendo ser quienes somos mientras pasa el tiempo, mientras tanto...

como ponerme poquitos de crema en las manos, para que no se vean tristes y deje de comérmelas a pedazos de miedo... mientras me compro una chaqueta legendaria y me lleno de cambios, para cuando nos volvamos a ver...

un osito de corazones lleno, de abrazos de los siempre mismos deseos de conocer al amor de la vida y que me ame.



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