celebrando el orgullo de ser libres.
Entonces era la tarde y me invitaron a conocer el lugar desde donde la habían tomado la foto a mi bandera, fue bonito que el día no pasara en vano.
la primera vez que oí hablar de la colina de la deshonra sucedió en el cafetín que la honraba, hoy el café de belgrado, en ese tiempo acababa de volver a las torres y me pasaba el tiempo teniendo trabajos chiquitos de realización audiovisual, las noches en el cafetín cenando sánduches de tomates secos y cervezas de barril.
ayer, celebrando la diversidad, reconstruimos la foto de la primera marcha, entonces me sonrío, porque la bandera en mi ventana, me llevó a la aventura de recordar la colina de la deshonra, que aquí se cuenta hermosamente, si le dan más ganas de leer, yo escucho jazz, mientras le quito tiempo al capítulo 11 de lleva niños.
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