Eran los tiempos de mi infancia y una tarde de sábado me llevo mi padre a casa de la esposa de su hermano... allí salté y jugué en calzones con otra niña.
La mejor sensación del mundo fue cuando esperando mi turno para un bote, me toqué los pezones...
La mujer me llamó aparte y me dijo que eso no se hacía.
... aún hoy me duermo tocandome los pezones, mientras me chupo el dedo.
Placeres de la vida. Que hoy recuerdo por haber parqueado en frente.
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