30 de noviembre de 2006

Viejos poemas

Ando con el poeta del recuerdo alborotado, no se si alguna vez se los dí, pero aquí le dejo un par de poemas que le escribí hace años, para que se acuerde de cosas...

324.
Te amé como la sombra ama a quien le da cobijo,
Te amé sin decirlo, pero sabiendo que lo sabías,
Te amé tanto y tan profundo,
Que te dejé seguir tu destino,
Y hoy te digo que te ame,
Y no me duele ya nada al decirlo,
Y si no importa que te haya amado,
Soy hoy yo misma,
Y por eso te amo mas.

340.
Lo que trato de escribirte hoy.

Hoy trato de escribirte algo distinto,
Trato de transmitirte las ganas de verte,
Trato de mostrarte por un segundo lo que hay por dentro,
para que veas que te confundes,
quiero responder a la pregunta que me haces de como estoy sintiendo,
quiero que veas que te confundes...

O quiero que me digas que soy yo la confundida,
que tu no eres lo que yo creo,
que todo está muy mal pensado,
que de tanto pensar errado la he cagado.

Te escribo un cuento... como el de Mauro... tantas cosas que no se saben de los otros... son relaciones temporales... ¿Entonces a donde van los sentimientos? es que ¿La gente no siente? ¿Como siento yo de humano? Que torpe...

No hay un momento exacto en la memoria, si nunca has creído... entonces no entiendo... fijo la mente... veo un video clip: Una noche de cena con velas... un cuerpo recostado en el muro de la entrada... unos ojos de lujuria mirándome detrás de unos lentes, un beso contra la pared, ropa que se estruja... desaparece un saco... una pregunta, una respuesta... una mano que camina... un beso corto, una mirada, un amago de beso, un pasar de saliva en la garganta... la mano que no para, un latir de todo el cuerpo, un movimiento que se siente extremo, unos ojos de segundos... un provocar, un echarse para atrás, una mano que vuelve... una escalera... un crujir constante... un botón menos, el olor de perfume, una sonrisa... una camisa azul, la pregunta después de... un sentir lujuria y no importarme... un estremecimiento en el bus, un mordisco de labio... un darte la mano y dejar que escape la lagrima, un taxi que espera, una carrerita de oficina a puesto de trabajo... una voz de teléfono que calla... un arrunchis de muchos años después, un comentario de novia, una chimenea empotrada en vidrio... dos siluetas en dibujo... una rosa en la pared... una luz caliente asemejando ventana... una tarde de video... un prestarle atención a la radio... una risa de tarde... un caminar por la séptima, una mujer guapa... un beso en el carro, un retén, una bomba de gasolina, dos bombas de gasolina... una risa de teléfono, un querer ver la ambulancia... una renuncia, una lagrima, un mirar el anillo en el dedo, un anillo olvidado en el cajón, frente al espejo, un pasar saliva, un recostarse contra la pared... un movimiento circular de ¿quien empieza? Una tarde de toros... un atardecer de finca, un par de perros delante, las tijeras de cortar flores al lado de la entrada... una voz distante de teléfono, un preguntarse, una noche de cerveza, una canción al lado de la barra, una pelea, un saber que NO EXISTE... un cerrar los ojos, un tocar los pezones, una cara de chiste... una espalda, un grito, un dominada... una mirada a la tarde gris, un despertar a la mañana gris... un teléfono de guayabo, un bajar de cabeza, una promesa, un incumplirla…

Un tono de ocupado, un silencio... un volver a ver los ojos, un sentimiento frío... una mano en la cintura, una chispa en los ojos, una mirada directa, un cerrar los ojos... un ver la película, fumarse un porro... un horizonte, un abrazo de oso al final del día... un arrepentimiento, un latir, un citófono, una mañana de pintura, una locura temporal, una mezcla de colores en paleta... una perra mordiéndote la mano... otra camisa azul, una llamada inoportuna... un saberlo todo sentada en el baño, ¡que lastima!... un corazón encogido, unas manos sobre las teclas, un oír la canción, otra vez el anillo en el dedo, otra vez el anillo al cajón... una bandita de pelo, los ojos de ella, tu sonrisa... una cena para dos... una mano entre las piernas en medio de la novela... un pezón húmedo por tu lengua, un retorcerme, unos ojos que se ven de frente, un olerte el pelo, un bajar por tu cintura... una carretera de domingo, un futuro cercano, un futuro imperfecto, una corrección de cuaderno... la puerta de la escuela, el instituto, la falta de ganas, la paisa, el beso por la noche, la cama, los ojos verdes... mis manos en tu cintura, tus ganas, moverme para todos lados, detenerme... el muñequito en azul, quedarme quieta, decir pendejadas... bañarnos en la tina, volver a empezar... como en un sin fin, como en una rueca... la cara de Sergio sobre mi aliento alcoholizado, NO NUNCA MAS, tu cara frente a la mía con la puerta abierta...
finalmente te vas…

La Australiana

Sigue siendo una mujer hermosa, con sus gafas y su sonrisa, me deleita verla, tenerla al lado; sigue pidiendo chismes, como los pregunta desde su muñequito verde cuando esta lejos…

Nos sentamos ayer a comer papitas y a adelantar cuaderno, con ella y con la chica del pelo parado en el café de los juegos.

Como es la vida, en el juego de la fila yo siempre voy al último, de primera la del pelo que a su vez gustaba de otra, en segundo ella, porque le hacía tucu tucu la del pelo parado y yo, detrás de ella, amante furibunda que aún guarda su calor en el pedazo de corazón asignado para ella.

La quiero mucho, aunque a la rubia le provoque los celos que suele provocarle, mona, si lees, no te estreses, que la quiero como amiga; porque es mujer comprometida y sin intenciones de romper el voto con otras y eso me encanta de ella.

Cuando se fue una lágrima mía se fue con ella, hace años cuando koalas y canguros la llamaban; ayer, al verla, al olerla, al tenerla al lado tanto rato, me recordó las razones por las que me gusta y me quedo contenta, porque siguen siendo fuertes y firmes para amamantar una amistad robusta.

Les dije ayer que éste es un camino largo y bueno, sabes que amiga, tu tienes puesto fijo en el busecito… se le dice, se le repite y se le repite de nuevo, por si no lo tiene claro: SE LA QUIERE, OYÓ.

29 de noviembre de 2006

mujeres monumentales

La pola es la primera mujer monumental que recuerdo, estaba ella sentada en su banco en la boca de la calle que llevaba a casa de la segunda mujer de mi padre cuando yo era chica, sigue ahí todavía.

Ayer fui a visitarla con mi amigo el parce para verificar que la cabeza no me engañara y si estuviera sentada en su banquito lapidario. Tiene la pola un letrerito que cuenta sus últimas palabras al morir, que dicen más o menos, así como soy, mujer y joven muero esta y mil veces más por la libertad.

A la otra que recuerdo es a rebeca, una señora que desde siempre y desde antes incluso, se baña en la 26 cerca de los puentes, la frecuentaba de niña con mi tio el gordo comiendo paleta rumbo a los parques.

En Bogotá, según un programa televisivo del otro día, hay 127 monumentos de mujeres, uno de ellos en pleno parque nacional que además es el único hecho a una mujer de raza negra en la capital de la república.

Hay 120 mujeres en el monumento de las banderas, y yo no tenía ni idea, con todo y que he pasado muchas veces por la glorieta donde se encuentran las astas; fue hecho el colosal para la conferencia panamericana que nunca se llevó a cabo por el asesinato del caudillo liberal de los 40 y reflejaba en cada fémina el carácter de los temas que se tratarían en tan importante espacio.

No son muchas o muy variadas las representaciones femeninas en la ciudad, pero si son trascendentes, es decir, cuentan lo que nosotras, valientes guerreras hacemos día a día por nuestra sociedad.

Me gustó saberlo, y me gusta contarlo aquí.

25 de noviembre de 2006

La gripa

Que cosa tan espantosa es ese fenómeno natural a los humanos, llamado gripa; he sufrido muy diversas y muy frecuentes gripas a lo largo de mi vida, algunos lo atribuyen al vegetarianismo, otros como mi madre al karma y a la mala configuración de mis pulmones; yo las últimas se las atribuyo al cigarrillo y a los malos vicios.

A ésta la vi venir el lunes, cuando la grandota llegó a casa con cara de pocos amigos por el griponón tan fuerte y yo le ofrecí mi tesito con jengibre que la reanimó a ella y me dejó a mi con la sensación carrasposa de garganta, de que la gripa se me venía encima.

El cine del martes, empeoró la situación, pues además de toser todo Almodóvar, me acusaron en otro blog de chicanera por culpa de la bufanda.

Flash Back a la Universidad Javeriana y la cara de todos mis compañeritos mirándome perplejos mientras yo dejaba en la silla de al lado mi abrigo presidencial negro, la bufanda gris que le salía perfecto, el gorrito marinero muerto en alguna rumba y los guantes comprados en Italia a último momento. El más chistín voz en cuello suelta el comentario: - Oiga Ilichtna, ¿está nevando afuera?

Me he pasado ésta gripa en casa, por aquello de que son los remedios caseros mis favoritos, desde el ponche de sábila hasta la cucharada de aceite de oliva caliente y sal… debo confesarlo, nada como el efecto del vick en pecho, espalda y fosas nasales, ni siquiera la botella de bisolvón que siempre tengo en el botiquín para éstos casos y que ya me mamé casi completa.

Ya llené el cesto de mocos, ya Sat me mira preocupada cada vez que me da ataque de tos seca y dolorosa, supongo que por la amenaza de que se me salga un pulmón por la boca.

E oído toda la tarde música de planchar y aunque no se crea, no he comido mayor cosa en todo el día, caldito reparador por la mañana y pare de contar, puro tang.

Pero he de resaltar el punto que me tiene sonriente después de bañada; con todo y gripa terminé de editar el cuarto y ya lo mandé a holanda.

Limón, sal y a publicar… cof, cof, cof.

23 de noviembre de 2006

Un poema muy largo

Así se llamaba el primer amor de mi vida, lo conocí en un paseo a Palo negro, cerca a bucaramanga y desde esas vacaciones de los 10 años, no he dejado de pensar en el un solo día de mi vida.

Hacíamos grandes excursiones al rio; él, su hermano, el gordo (amigo de mi novio gay), mi primo y yo; nos pasábamos las mañanas entre piñas, mangos, cultivos de tomate y saltos de agua; y algunas tardes lanzábamos flechas contra una diana acomodada sobre un barril, tomando pony malta, bebida que campeones.

Era de lo más divertido estar con él, rubio, de ojos claros, un poco más alto que yo, me encantaba ese man… pasamos muchos años y muchas cosas hasta los quince cuando nos volvimos a encontrar…

Le he escrito muchas cosas, entre esas, ésta.

AQUÍ ESTA LA CARTA
Hace días tenía ganas de escribirte millones de cartas,
las primeras con cara de cartas de amor,
las segundas,
más bien con cara de reconciliación.

De reconciliación con la vida,
con mi cuerpo,
con tu cuerpo,
con todo lo que sin querer nos hemos hecho,
y con todo aquello,
que queriendo,
y sabiendo insano,
igual seguimos haciendo.

Pero ya en este punto de mi vida,
las palabras se me empiezan a acabar,
porque empiezan a sonarme incompletas;
como si me hicieran falta sustantivos,
adjetivos,
y hasta verbos para hablar contigo.

Y sí,
ahora que lo pienso,
me hacen falta todas esas cosas al hablar contigo,
me hacen faltan las letras,
y se me confunden las horas
los días,
los meses,
y por poco hasta olvido cepillarme los dientes en la mañana,
cuando al levantarme,
todavía estoy pensando en ti.

Como la noche anterior,
como todas las noches,
los días,
las horas,
los años,
los segundos,
y todo el tiempo de mi existencia,
que sin ti,
empieza a tornarse sin sentido.

78.
Bienvenido fueras en las horas de mis días,
en que,
pensando en ti y en tus maravillas,
me sumerjo en las almohadas de mi cama,
que son tantas,
para que no se sienta tanto espacio vacío,
ahora que sigues ausente.

Este día traté de escribirte otra de mis infaltables cartas,
pero descubrí,
como siempre,
que ya estas dejando de hacerme falta,
y que,
aunque piense en ti día y noche,
las hojas no son suficientes para repensar en ti.

Esperando el día estoy,
en que te me vuelvas tan cotidiano,
que no me importe tu existencia,
y te diga,
cuando al fin vuelvas para siempre,
¡que te vayas!,
porque, como en el libro,
me tienes sin cuidado.

79.
Hoy,
he decidido escribir nuestra historia,
pero no para que te ufanes de ella,
sino porque a mí me empieza a dar tristeza,
cuando pienso en todo lo que hice,
por que no te me fueras de al lado.

Empezaré por la razón de tu partida,
que es lo que más me duele
y lo que más nos separa ahora.

Te fuiste un día de verano,
y era verano,
porque el cielo lloraba como yo con tu partida.

No me dijiste ni hasta luego,
simplemente cogiste tu existencia,
la metiste en la maleta de a tres pesos,
que te regaló tu padre para la ocasión
y te enfundaste en el avión amarillo de Lufthansa,
rumbo a tu patria,
a la patria de tus padres,
a mi propia patria de hace quien sabe cuanto tiempo.

Y la razón,
que empieza a dilatarse,
entre el recuerdo de tu cuerpo sentado en la cama,
es que,
tus padres,
nos querían separar.

Por que tu tenías que ser piloto y yo periodista,
y ellos compraban la News Week,
y mi madre empieza a comprarme Semana.

Y aquí la historia continua,
como más o menos quise escribirla en Arbeláez,
y como volví a tratar de apuntalarla en París,
y después en Suecia,
y que ahora vuelvo a tratar de escribir para dejarla por fin exorcizada.

80.
Te conocí un día cualquiera de hace muchos años,
en que te dedicabas al juego,
¡Cómo siempre!,
en la época en que te escondías de tus padres,
para ganarle dinero al vigilante por medio de la veintiuna.

Pero fue un día distinto a todos,
porque como en las películas surrealistas,
el cielo se tiñó de rojo y todo parecía de comic,
¡con viñetas y todo!

Éramos demasiado posmodernos para tener sólo...
ya no sé cuantos años,
y de verdad lo éramos,
porque ahora estoy segura de que tú eres muy mayor para mí,
y yo soy muy menor para ti,
aunque en realidad no sea mucho menores el uno del otro.

Y las cosas fueron pasando hasta que nuestra existencia,
se fue convirtiendo en uno de esos cuentos de hadas,
que sigo soñando cuando no me recuerdas,
( que es casi siempre)

81.
Después,
creciendo juntos,
viéndonos todos los días,
empecé a pensar que no te amaba,
pero no,
no era cierto,
porque luego,
cada vez que volvía a verte,
o que volvía a pensar en ti,
te amaba,
con ese amor que no se olvida,
ni se deja,
que no se pierde,
ni se estropea,
ni se diluye,
ni sé...
ni sé...
ni se existe sin él.

82.
Hoy,
muy en la tarde,
muy cuando sigo pensando en ti,
muy cuando quiero buscarte y olerte,
y decirte que te amo,
me contengo.

Porque sé que todo pasa,
como el amor,
como la existencia,
como el ser hombre,
mujer,
o niño,
o viejo,
o abuela,
o madre,
o sobrina de la tía esa,
que es hermana de aquella,
que por fortuna a resultado ser tu madre,
aunque tu,
no seas mi primo.

Por que has dejado de existir en medio de un día lluvioso de verano,
y sólo te me metes en las páginas cuando trato de olvidarte,
cuando te pienso,
y te veo tan difuso,
que me da miedo,
que te me pierdas en las horas de sueño,
cuando es inevitable que sueñe contigo.

finalizado el 30 de septiembre de 1996.

22 de noviembre de 2006

410

Conjugo en mi mente todos los verbos del amor
Conjuro en mi cuerpo los verbos de tu amor
Conjuro tu sexo conmigo en el tiempo en que me amabas

Remojo en mi memoria tu cuerpo en mi cama
el sutil encanto con que prodigiosamente me acogía tu entrepierna
cuantas veces te dije que me dejabas en medio del camino

Pero hoy cuanto extraño que seas tu quien esté a mi lado
fugitiva de otros brazos, amante furibunda
me hieres de muerte en la ausencia de las sabanas sudadas

cuenta conmigo si de repente un día
a mi puerta como entonces quieres venir
cuenta con que aún estoy aquí
aunque tu hace tiempo, estés ausente.

17 de noviembre de 2006

Come Rain or Come Shine

Ha llovido todo el mes, bueno para las plantas, para la polución que se baja en las gotas, para el 70 por ciento de los cuerpos, que es agua, bueno para muchas cosas que haya tanta en el ambiente, pero que mamera para la gente.

Me retracto de inmediato, recuerdo unas lavadas muy divertidas… la del tiempo del gato, por ejemplo, a quien ya no encuentro ni saludo en el msn, pero con quien me vine caminando desde la 106 hasta las torres en medio de un aguacero soberano, que no recuerdo en que punto de la calle nos cogió, y por el cual anduvimos barrios y avenidas cantando y gritando, porque veníamos de la celebración del carnaval de Barranquilla en el parque y aunque no habíamos bebido, nos traía el recuerdo muy animados.

O las muy relajadas justo al lado, con el ángel negro libre de toda cadena, mmm y las lluvias vistas por la ventana, muchas y muy variadas, en distintos lados, como los aguaceros en los llanos o los del putumayo, con unas gotas chiquitas y pegajosas…

Bueno, había empezado éste blog pensando en lo malvado de las lluvias, en los trancones, en las inundaciones de consultorio y oficina, en las salpicadas de carro que tan gordas me caen, en los bancos mojados y las aceras encharcadas…

Y se me compuso el día, pero eso pasa con mirar por la ventana, se ven las copas de algunos árboles altos y tres montañas claramente distinguibles, una tras la otra, cubiertas de niebla, se siente frío el ambiente, pero despejando.

Ahhh, es siempre un placer recordar la sensación del frio, que me remite a Europa, a Chingaza, a los lugares fríos donde he estado, y claro, también a los calientes…

A los soles que necesitan pañuelo para quitarse el sudor de la cara, a los vistos desde distintos tipos de transportes, los de las vacaciones, que siempre se sienten en el cuerpo tostado, o a los de amanecer enamorado, rumbeado y madrugado a marcar ganado…

Ah, los soles, gigantes que parecen al lado de uno todo el tiempo cuando se va por carretera despejada y pequeñitos, vistos a la distancia, entre plantas, soles sobre el agua, saliendo o volviéndose a acostar, soles de tierra fría, melancólicos, de cuando he estado triste; soles de juventud que inspiraban cosas, soles en monedas, en símbolos astrales, en culturas milenarias, soles de amanecer…

Hoy, sin lluvia y sin sol amanece Sat a mis pies y yo me apuro a escribir lo primero que se me viene a la cabeza, para que en Australia, tengan algo que leer.

Buen día amiga australiana!!! ¿le gustó?

15 de noviembre de 2006

Retazos

Un día, hace tiempos, vi una película en que un grupo de mujeres tejía cobijas; cobijas que contaban cuentos de sus vidas, que las unían con otras personas y sin embargo las hacían diferentes, especiales, apartadas.

Yo, pinto en las paredes la historia de mi vida, mis sueños, lo que creo, lo que concibo y lo que a veces sin sentido sale de mi cuerpo y forma manchones que en otros tiempos significan cosas y me ayudan a pintar mejor lo que siento luego.

Hoy recojo mi alma de los retazos que dejó su presencia en mi vida, ha pasado tanto tiempo, y sin embargo, cuanto la recuerdo en días como hoy…

30.
SIEMPRE
Si no te quisiera tanto,
mis ojos dejarían de verte,
y mi mente dejaría de soñar contigo,
te amo con la mente,
con el cuerpo,
con todo lo sacro, y lo profano.

Mi corazón duda al verte,
todo en mi se transforma cuando sonríes,
cuando ausente estas ¡muero!
Y más cuando sin estarlo te siento así.

Quisiera por un momento dejar de amarte,
dejar que mis sentidos se alejasen,
pero no,
no puedo,
porque este amor mío me ata a ti,
me ata a tu futuro.

Siempre lejos de mi,
siempre cerca,
no puedo pedirte nada,
pues nada puedes darme,
no puedo soñarte,
¡esta prohibido!

Debo sin quererlo,
alejarte de mi,
debo permitir que mi mente,
encuentre el verdadero sentido,
cosas que vayan por buen camino,
cosas que no sean tu,
y sin embargo se te parezcan.

No eres lo mejor,
miles de defectos tienes,
pero con ellos,
mi corazón te ama,
se aferra a lo poco que le dejas.

Quisiera conocerte por dentro,
por fuera,
como uno de esos sueños,
que no desean despertar.

Recuérdame siempre,
ámame siempre,
no me olvides,
pues lo que más siento,
es el olvido que me das,
siempre que tienes algo mejor que yo. 6 de agosto de 1993

14 de noviembre de 2006

Se me abrieron los bolsillos

Esto de andar en la quiebra tiene su drama, no es que me queje siempre he pensado que el dinero no lo es todo en la vida, pero la adultez viene con un poco de gastos que a veces abruman.

Recuerdo cuando firme la independencia… que gracia, corría el mes de octubre de 2000 y acababa de regresar de la India, donde había tomado la determinación de irme de casa.

La vida con mi madre había dejado de ser un lecho de rosas y parecía más bien un lecho de espinas, así que con el pequeño trabajo de contratista en la acción comunal hice mis cuentas y me salí de casa.

Llegué al apartamento de las torres un sábado 31 de octubre, con mi camita sencilla, una biblioteca de armar comprada en carrefour, el tapete herencia del tio mayor con el que peleaba desde niña y el sofá de bambú donde ahora duerme sat.

No tenía nevera, no tenía lavadora, ni muchos enseres, aunque siendo franca, mi madre me regaló muchas cosas con tal de que empezara a vivir mi vida lejos del nido.

El desprendimiento no fue tan cierto, pues al pagar administración, luz, teléfono y empleada, tenía que ir a comer en su casa porque no me alcanzaba el presupuesto para el mercado y cuando iba, llevaba mi morral de la ropa sucia, para que el hotel mamá se encargara de mantenerme aseada.

Viví sola en un apartamento prácticamente vacío hasta febrero, cuando llegó mi compañerito costeño y me alivió la carga (en buen tiempo, porque ya no tenía contrato).

He tenido mis periodos de prosperidad en que pago cuentas y me alcanza para otros temas, pero en estos días, aunque lo pago todo, me quedo en rines a cada rato.

Pero bueno, la vida siempre es buena, como hoy, que me tomé un café con una amiga y me dio 20.000 sin que yo le dijera nada (tenía yo 2.250 en moneditas salidas del puerco), me dijo que no se los regresara y que cuando pudiera hacerlo, le diera a alguien que los necesitara los 20 que ella me había dado hoy a ver si empezábamos una cadena de buenas voluntades.

Sonrío, como dice el parce, cuando Dios cierra una puerta, deja abierta una ventana.

8 de noviembre de 2006

El paseo de Sat

Sacar a Sat de paseo, es siempre una aventura, tanto puede durar medio minuto la vuelta, como horas enteras, nunca sabe con certeza cuando vamos a salir, pero el sonar de bolsa o el ruido de llaves, la hace ponerse alerta.

En las mañanas el ritual empieza, con abrir los ojos, a veces ya quiere bajar y me mira desde la puerta con cara de – quiero salir, quiero salir, abre ya, abre ya… y no se haya cuando abrimos la puerta.

Otras, la cojo desprevenida, casi siempre por las tardes cuando voy por un cigarro a la tienda.

Siempre es un batir de cola, un ladrar de a pocos… unos pacitos cortos en la noche un esperar en el sofá atenta a cada movida.

Cuando salgo sola y la dejo a veces desgarra, con su carita de yo quiero, por favor!!!

Ah mi perra, que ahora se me para al lado a ver si quedó algo del sanduche de la cena…

6 de noviembre de 2006

Y los pajaritos cantaban sus canciones de amor

Lunes 7:03 am, acabo de meterme en la cama, pero no me puedo dormir después de una noche de poker, siento en los oídos a los pajaritos mañaneros en el parque de la independencia, la mañana entra por la ventana y me dan ganas de escribir...

La tele me ofrece al msimo tiempo a los cirujanos plásticos de Beverly Hills y a un geólogo que habla de las rocas del futuro; diciendo que los desechos plásticos, y los objetos todos, hasta edificios en manhatan, son lo que se van a encontrar los que excaven cuando el mundo vuelva a ser una pangea.

Viendo a la pared, recuerdo la primera vez que me amanecí… sucedió en la casa grande, junto a la chimenea, con un grupo de amigos de mi prima la que ahora es católica; sin darme cuenta, la noche se volvió día y no me sentía cansada en la mañana, solo divertida; habíamos jugado prendas, habíamos hablado de planetas y nos habíamos deleitado con un concierto de guitarra del alemán novio de no se quien…

La de anoche fue una amanecida distinta, empezó en un billar y terminó en la sala de los bisabuelos hace un rato, antes de pasear a sat por el parque y percatarme de los pajaritos.

Bueno, creo que aquí atraca éste barco… me entró el sueñito.

1 de noviembre de 2006

Primero de noviembre

Terminé por fin la segunda, tardó mucho menos que la anterior y me gustó mucho el resultado, creo que voy a cogerles el ritmo y terminará siendo muy simple irlas pegando, como un rompecabezas… también me inventé un nuevo plato que me tiene fascinada, no se como no se me había ocurrido antes, experimentar con esos sabores de esa manera…

Luego de la lluvia me fui a la reunión en el barrio donde crecí de niña, fue toda una experiencia, caminar como entonces, pasando por el colpatria y atravesando la séptima, la décima, la trece y la caracas para entrar al barrio por la 24.

Pasar por las calles de mi infancia fue toda una experiencia, el edificio a la venta y los nuevos burdeles todos detrás de la caracas, pasar por frente a la droguería del señor P y que ahora fuera una tienda, justo al lado de donde don R y doña B que ahora tenía letrero de local vacío.

¿que sería de esas personas? Que será de las personas que uno conoce y quiere pero terminan desapareciendo… nada, es solo eso, que la gente entra y sale de la vida como en un suceder de esferas.

Bajar por la 23 y escoger la calle del parque de la cancha, para verlo otra vez, como era en mis años, y que existiera, pero ya no fuera el mismo.

Fue bonito ver una carpintería en la esquina equivocada y recordar al señor catalán del camioncito segunda guerrauna calle más abajo, en la otra acera.

El barrio de aprender a montar bicicleta, con casas pintadas y sin huecos las calzadas; estaba radiante el barrio lo estaba y yo misma… Entré en el edificio que siempre había visto por fuera y me fasciné con que la tienda de abajo siguiera igualita, el primer lugar donde compré con mi primo un cigarrillo malboro suelto para fumarlo luego en el deposito de gas del edificio donde vivía la abuelita…

Llegué hasta el parque del renacimiento caminando por entre las calles de mi vida, el banco cafetero, en la esquina, me deleité con el almacén de pintura y con los variados talleres de cosas, ya en la avenida no está el relojero, ni vi con detenimiento el paradero de la ruta escolar, como siempre hago cuando paso en carro por ese lado.

Fue un bonito día éste, lluvioso pero alegre…

down town abbey en tarde lluviosa de sábado

Hace raaato no me daba una tarde de sábado como la de hoy, con ginger y papitas de paquete, me he vuelto más juiciosa para comer, sobre todo...