17 de noviembre de 2006

Come Rain or Come Shine

Ha llovido todo el mes, bueno para las plantas, para la polución que se baja en las gotas, para el 70 por ciento de los cuerpos, que es agua, bueno para muchas cosas que haya tanta en el ambiente, pero que mamera para la gente.

Me retracto de inmediato, recuerdo unas lavadas muy divertidas… la del tiempo del gato, por ejemplo, a quien ya no encuentro ni saludo en el msn, pero con quien me vine caminando desde la 106 hasta las torres en medio de un aguacero soberano, que no recuerdo en que punto de la calle nos cogió, y por el cual anduvimos barrios y avenidas cantando y gritando, porque veníamos de la celebración del carnaval de Barranquilla en el parque y aunque no habíamos bebido, nos traía el recuerdo muy animados.

O las muy relajadas justo al lado, con el ángel negro libre de toda cadena, mmm y las lluvias vistas por la ventana, muchas y muy variadas, en distintos lados, como los aguaceros en los llanos o los del putumayo, con unas gotas chiquitas y pegajosas…

Bueno, había empezado éste blog pensando en lo malvado de las lluvias, en los trancones, en las inundaciones de consultorio y oficina, en las salpicadas de carro que tan gordas me caen, en los bancos mojados y las aceras encharcadas…

Y se me compuso el día, pero eso pasa con mirar por la ventana, se ven las copas de algunos árboles altos y tres montañas claramente distinguibles, una tras la otra, cubiertas de niebla, se siente frío el ambiente, pero despejando.

Ahhh, es siempre un placer recordar la sensación del frio, que me remite a Europa, a Chingaza, a los lugares fríos donde he estado, y claro, también a los calientes…

A los soles que necesitan pañuelo para quitarse el sudor de la cara, a los vistos desde distintos tipos de transportes, los de las vacaciones, que siempre se sienten en el cuerpo tostado, o a los de amanecer enamorado, rumbeado y madrugado a marcar ganado…

Ah, los soles, gigantes que parecen al lado de uno todo el tiempo cuando se va por carretera despejada y pequeñitos, vistos a la distancia, entre plantas, soles sobre el agua, saliendo o volviéndose a acostar, soles de tierra fría, melancólicos, de cuando he estado triste; soles de juventud que inspiraban cosas, soles en monedas, en símbolos astrales, en culturas milenarias, soles de amanecer…

Hoy, sin lluvia y sin sol amanece Sat a mis pies y yo me apuro a escribir lo primero que se me viene a la cabeza, para que en Australia, tengan algo que leer.

Buen día amiga australiana!!! ¿le gustó?

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