4 de junio de 2007

Dedos mágicos

A mi no me gusta andar dando besitos al saludar, me parece que es un asunto de confiancitas innecesarias que no comparto del todo, por eso los niños pensaban que yo era rara cuando estaba en el colegio y luego en la universidad les parecía exótica y lesbiana.

Tampoco me gusta mucho que me toquen y por eso camino cuidadosa y en zigzag para no tropezar a las personas; esto sucede a menos de que sean personas que me dan buenas vibras y entonces bien, me gusta tocarlas y a veces ser tocada por ellas, pero en general me cuesta trabajo el tema de la proxémica, lo admito.

Lo que si es un hecho comprobado en distintos frentes es que por muy poco que me guste tocar o ser tocada, tengo dedos mágicos y se usarlos, cuando empiezo a moverlos sobre una superficie de ese modo especial se me quita la tara y me dan ganas de seguir tocando, pasarlos finamente por la piel de alguien y que esta se abra a ellos como si de una llave se tratara, es una experiencia increíble.

Yo llamo a mis dedos mágicos porque al hacer un masaje o al consentir a alguien (incluso a mi perra sat) queda atrapad@s para siempre y cuando tienen oportunidad me piden repetición.

Mi amiga lagartija hoy andaba preocupada con este asunto, pues le contaba yo que había tocado a una dama de modo intimo y a ella le entró la duda de si la magia de mis dedos tenía siempre que ver con lo sexuado del tocar y ser tocada.

Yo creo que se nota claramente la diferencia, a algunas las toco con deseo, normal por mi orientación lesbiana y a los demás y las demás, les toco como si fueran familia, mi hermana, mis primos, mi amigo el parce, mis compañeros y compañeras de internado y hasta ella misma pueden certificarlo.

Hablando de familia, me gusta eso si, que mi mamá me toque, que me consienta, y que a ratos me moleste un poco por meterme el dedo en la boca… mmm me acordé de mi amigo el judío, con quien me daba unas sesiones de “grifos” monumentales en la cancha de fútbol del colegio libertario.

Las yemas de los dedos tienen vida y saben buscar lugares y formas de tocar los lugares, me gusta eso, me gusta la sensación del movimiento, el sonido imperceptible, el levantar de vellos, las pieles de gallina, los estremecimientos, me gusta la espalda de la ex y la suavidad de la dama, me gusta el olor de la piel y el arrunche de tele… si es un hecho, mis dedos son mágicos y me gusta usarlos.

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