Post de viaje 1
Frente
a mi un ventanal enorme con un primer plano de avión de United siendo preparado
para salir de viaje, aunque mi madre me ha dicho que con mi pass tengo derecho
a usar los servicios del salón élite yo he preferido sentarme aquí, entre la
gente, me he comido muy juiciosa los sanduchitos que muy amablemente se ha
levantado a prepararme, sabiendo de mi espera de 5 horas en este aeropuerto y
de la decisión de la aerolínea de no ofrecer comidas especiales para recorridos
cortos.
He
disfrutado de un te y me he comprado una tarjeta de llamadas carísima que
sin embargo no me ha dado acceso a mis
amores… uff hablando de amores, mejor me dedico a lo que vine y me olvido por
un rato del espinoso tema del amor, haber estado con a me ha movido el piso,
conversando de todo aquello que se había quedado sin decir, llorando lo que
hacía falta, riendo y sintiéndonos tan… y l con nuestra cotidianidad me
mantiene la cabeza a millones por hora con su negativa de perdonarme y volver
conmigo, sus ideas de buscar casa en el pueblito de mis sueños, sus tristezas
que son las mismas mías, nuestro tiempo de tanto tiempo...
Ahora
somos 4 gatos en el mismo balcón, el cielo está especialmente gris y todo
parece indicar que en el futuro las cosas tienden a mantener una estabilidad
razonable y levemente feliz.
Hace
un rato estuve a punto de quitarme el chalequito de lo sudorosa que se me puso
la frente, pero es algo que suele sucederme, que me camine los aeropuertos de p
a pa y luego termine sudorosa sentada en
las sillas mas alejadas del terminal.
Hay
gente para todo, dicen por ahí y en este vuelo me he encontrado con los que
hacían falta para completar el simran, que locura, cuando me esperaba una de
esas viajadas solitarias que suelo tener, dos se quedan, a los otros dos me los
encuentro en el próximo vuelo, por ahora, dejo que mis minutos se vuelen por si
solos.
Escucho
mensajes confusos del altavoz y me pregunto porque no me compré un relojito y
unas gafas de sol, ya han prendido las luces el avión del frente pero aún le
están llenando la barriga, hablando de barriga, me pregunto que haré con la
bandeja que me envió mi madre, con tanto amor y tan poco tino para empacarla.
He vuelto a empezar la lectura del anurat sagar,
sabe Dios cuantas veces la he abordado sin éxito, pero dicen que la última la
saca del pozo, así que sigo intentando, la vida parece feliz desde este pequeño
lugar de la tierra, y yo me siento menos iluminada de lo que nunca he estado.
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