y entonces me sumerjo en el mar de los sueños cumplidos y sin cumplir, pensando que un día le dije a a la bióloga, que mi próximo cuarto tendría una pared como la que tiene este... el techo... frondió, pero amo esa pared... lo que me lleva a pensar que pronto venga ese cuando de un cuarto con ventanas.
el mundo no se parece a como era antes, en muchos aspectos, pero sigue siendo el mismo espacio vacío por el que transito sin propósito alguno.
ebulle la creación por su propio peso, se sumerge en liquido lo que aún está duro y se siente como el universo se confabula para una buena presentación de esa hija que aún no se decide a florecer.
siempre para chu un beso y un deseo profundo de volverla a ver.
me voy a hacer el almuerzo de mañana.
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