27 de febrero de 2015

5 del viernes... en viernes

me acuerdo perfecto de ir al colegio... desde que me recogía un camperito y me daban tetero en el camino, hasta kirpalamar... de cada lugar que habitaron mis conocimientos, en letras y números  tengo un recuerdo que amo, por lo que diría que el colegio fue lo mejor de mi vida hasta hoy.

el teilhard fue la primera infancia, con sus ranas, su espacio y sus poquitos alumnos, la primera mujer a la que amé, la niña del árbol... la escuela comercial fue loca viniendo yo de mi little garden a semejante jaula de micos que era un colegio distrital, ahí empecé a capar... el pacelli fue un oasis, de ahí grandes amigas de la vida, de ahí el pirograbado, de ahí el baile, de ahí el limón con azucar... el bertrand fue la revolución, el cambio, la locura del alcohol, la rumba, con toda octavo, con toda la conquista de la felicidad... y kirpalamar al final con broche de oro, fue el cielo estudiar allí, fue un gusto vivir interna en esa finca, en su época de oro, por lo veg, por la finca, por las estrellas...


decir cual es mi juego favorito es como pedirle a salomón que divida al niño... por un lado amo jugar continental, es mi juego de familia por excelencia... amaba esas noches de contar y bajarse en trios y escaleras y castigarse y apostar frijoles jugando 21, todo eso... pero el ajedrez me lleva a ángel de una, aunque haya sido laura la que me enseñara y a c... claro.

la última peli que vi en un teatro fue los pinguinos de madagascar y la disfruté desde el principio hasta el final... claramente.

el sonido de su voz... es lo que me hace más feliz en éste mundo.

están hechos por alienígenas... naves espaciales... eso pienso.


No hay comentarios.:

La sandía y los aguacates

Hace años, cuando fui a visitar a mi hermana a Gotemburgo, me admiré de ver cuantas frutas y verduras eran importadas, en ese tiempo años 80...