20 de octubre de 2007

De Verbena Popular

“Genio y figura hasta la sepultura” le dijo chu a mi mamá antes de reírse, cuando me llamó el domingo por la noche a la finca y ella le contó que yo andaba de parranda…

La cosa fue un poco surrealista, estar en dominios de mi madre y sin embargo caminar rumbo a la plaza de eventos de turmequé, en el colmo de la exaltación poética por haber pasado semejante concierto.

El espectáculo empezaba con un conjunto de música llanera que aunque no es mi fuerte, me recuerda buenos tiempos de viajes a Italia y novios con amigos juglares de sabana oriental.

Muy sentada en una banca bajo una caseta de costeña y con un mundo de desconocidos bebedores de cerveza alrededor me pasé la noche, he de admitir en éste punto que terminé tomando pochola, pero es que era imposible no hacerlo.

Hombres cachetones y sonrosados me ofrecían cervezas sin siquiera conocerme, solo por estar allí con profesoras de vereda y autoridades locales, me quedé como pensando en eso, en la generosidad de la gente, en el jolgorio y la fiesta, en el petaco frente a nosotros que nadie asaltaba…

Nada se parecía esa imagen a Arbeláez city y nosotros dando vueltas por entre las tiendas saludando gente y conversando con amigos al lado de snnoppy la heladería de la esquina que ya no existe, tratando de hacer conejo.

Claro, tenía sus bemoles la fiesta, como los toldos de ventas de toda clase de chanchullos, marranos y carnes varias y grasosas, al cual por supuesto no me acerqué, pero del que mis compañeros de farra se deleitaron en canasta de colesterol.

Las fiestas de Turmequé difieren un poco de las de Arbeláez aunque claro, tienen sus similitudes, supongo que tiene que ver con el clima, en Turmequé hay que usar ruana y en Arbeláez se pasea una en Bermudas y camiseta.

Me bailé varias salsas, merengues y chucuchucus… poco reguettón, hay que admitirlo… me reí e hice visita, llevé a una niña perdida a la tarima, le sobé el pie al compadre cuando dio el mal paso y se fue de jeta con la hija al piso.

Y terminé durmiendo en casa de la compinche, sin guayabo, desperté con una sonrisa que me duró toda la semana… que buen fincho el pasado, veamos lo que pinta este.

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