26 de marzo de 2008

La dicha del hogar

Cuando vine a vivir al centro, me traje conmigo a la dicha del hogar, una señora ya mayor que tenía una hija a la cual vi crecer cuando muchos años antes, entro su madre a trabajar en casa de mi madre. La niña ya tiene un marido, me hizo saber “Emiliani” cuando llamó el otro día.
Luego vino a mi vida Lolita, con sus dos, luego tres hijos, su marido en paro que ha hecho de todo en los años que llevo de conocerlos, desde albañilería hasta venta callejera de pólvora, y su madre malumorada que adora a mi perra y le da café en las mañanas…
Sábaka vive con ellos, en San Cristóbal sur y todos los meses viene a mi puerta Lolita para recordarlo; yo siempre pienso en Sábaka, pero neciamente, nunca voy a visitarla… Mi Ángel negro piernipeludo…

Últimamente Rubí trajo a casa su parentela de hermanas, cada cual con su propio carácter, se fue Rubí con su marido raspachín y su hijo redondito, por allá al vichada y me dejó a Carmen, que hoy me sacó de quicio, porque francamente, nunca viene cuando se supone que ha de venir y nunca llama para avisar, y eso me amarga…

Puse un letrerito en el MSN y mi amiga la historiadora me dijo SE LE TIENE y acto seguido me mandó los teléfonos… viene Sandra, costeña, decente, honrada y buena cocinera a ser la nueva dicha del hogar, viene el viernes, a las 8am, chulito para que salga buena!!!

Ps: el tema favorito de toda reunión de tías… La muchacha.

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