de los toros y un poquito de los conciertos.

bueno, resulta que le prometí a la lagartija que escribiría un post mas larguito que el último, entonces aqui va:

cuando niña vivía en casa de mi abuela, un apartamento gigantezco en el centro de la ciudad, en el que había un corredor donde jugábamos carreras con mi primo, el piso era de largos listones de madera, entonces, nos lanzábamos en medias cual el mejor jugador de beisbol, a la entráda quedaba la mesa del teléfono, un mueble específico en el que tenía pegadas la mesa donde sobre una carpeta de croché descansaba el aparato, un cajón donde se ponían los directorios, un vaso con lápices y lapiceros y una libreta de apuntes que en realidad ya tenía todas las hojas llenas y una silla de terciopelo rojo donde una se acomodaba a hablar corto, porque entonces, el teléfono era para las comunicaciones urgentes, sobre el mueble del teléfono, en la pared, había un cuadro que siempre me encantó, se trataba de un cartel que invitaba a una corrida de toros de hacía muchos años... tantos que yo incluso no había nacido.

El cartel me encantaba por la posición del torero, por la posición del toro y por lo que en mi familia significaba la  fiesta brava... algo que a mi abuelita le recordaba su ancestro andaluz, como digo, en casa fueron siempre grandes aficionadas, pero creo que más que a los toros, a los toreros, de los que fueron novias y con los que hay fotos en los álbumes familiares, ellas vestidas de manolas y ellos con sus trajes de luces.

En casa, en el cuarto de los locos, como llamaba mi abuela al desvan, había capas, espadas, banderillas, botas y todo lo referente, incluso el sobrerito negro forrado en el interior con satín rojo con el que jugábamos a las verónicas.

Cuando mis padres escogieron su residencia, fueron muy cuidadosos de no escogerla con vista a la plaza, temiendo la visita de todo el combo en épocas de temporada, así que podrán hacerse una idea de como era éste tema en casa.

Pese a que amo profundamente la tradición familiar en éste aspecto no acompaño ni a las tías, ni a la novia, quien por cierto disfruta enormemente la masacre, pero que más se podía esperar, es uribista, santista, derechista, pro para... mejor no sigo....

Bueno, ya cerrando, me pareció buen tema hablar de los toros por lo que en Barcelona quedaron prohibidos ayer... espero sinceramente que aquí suceda lo propio... no tengo nada en contra de las pintas, de las maniobras, de las botas con manzanilla, ni de los aficionados, pero si prefiero que al circo de abajo, lo dediquen a los conciertos... y olé.

por cierto, mi favorito sigue siendo el concierto de fonseca, aunque recuerdo con cariño los de soda stereo y los toreros muertos.