14 de agosto de 2007

y vino el séptimo día

Ya está en el hotel, ni se ha dado cuenta de cómo llegó allí, directo a la habitación se ha tumbado en el sofá, no quiere acostarse del todo. Son qué, las 4, las 6 no importa, ya nada tiene sentido, sólo las imágenes que se repiten en su cabeza... cada vez más fuerte, cada vez se siente más, baja a su ombligo, la pasea con la lengua, ella le coge la cabeza, la besa, le pregunta a la oreja lo que no se pregunta.

- ¿Puedo seguir?.
Ella no responde, sólo la deja, le pregunta de nuevo si puede seguir, ella reacciona.
- ¿Qué es esto? Relaciones sexuales con una mujer.

Hay que parar, hay que parar, dice ella sin querer, la abraza fuerte, cierra los ojos y lo abraza fuerte, hay que parar...

Ahora mira otra vez por la ventana, es un hotel famoso, su habitación da a una piscina fascinante, pero no quiere saber de baños, no después de esa ducha... Sale en toalla, se tumba en la cama, si sólo hubiesen seguido entonces... mete la ropa a la secadora, clara se baña también, justo cuando marcela sale. No quiere verle lo ojos, y ella lo sabe, por eso toma el té frío, viendo la tele mientras espera a que sean las dos...

¿Cerrado?, ¿Lluvia?, ¿Amiga?, ¿cual amiga?, ¿porqué tan lejos?, ¿paseo?, ¿se hizo tarde? ¿Cuándo fue eso? no te entiendo, no te entiendo nada, ¿de qué me estás hablando? y ella le repasa la historia que acaba de vivir en un día cualquiera de muchos años después.

El se acomoda, sabe que no quiere escuchar esa historia, se la ha temido durante siglos. Ella sigue contando mientras el apura un güisqui detrás de otro, y fuma, fuma mucho, para no llorar...

Conversan en la sala, con las luces apagadas, son las 2, las 3 no importa ¿Y ahora que?, ahora nada, me voy, tengo que irme, dice ella por decir algo después de haberlo dicho todo. pero, ¿aquí que paso? Se pregunta Daniel, completamente borracho y sentado en un sofá de la casa que odia.

No se despiden, ella se ha ido a la oficina y el a vivir su vida de todos los días; de regreso a casa,la siente en el camino, repasa la noche como a una película y la ama de nuevo, ella en la oficina hace lo mismo, la ama como no la amó de nuevo, o más que de nuevo, por primera vez, del mismo modo como tantas veces lo ha repasado.

La secretaria pregunta, ella no responde, en su cabeza solo encuentra silencio, ausencia; camina despacio, no come, la extraña. La secretaria pregunta, ella sonríe, responde:

- Me voy, sácame tiquetes para ya sabes donde, cualquier hotel, pero para hoy mismo.

Llega a casa, se va a su cuarto, ve el correo, hay una carta para ella, una carta personal, hace años que no recibe cartas personales, la abre, llora, se desespera y llora, es una carta de Daniel, viene sin estampilla, seguro la ha dejado apenas hace un rato, yendo a almorzar a “el patio” donde debe estar ahora, donde almuerza siempre.

Parada frente al espejo lo repasa todo, después de 20 años ha venido a la oficina y ha dejado su tarjeta, solo al ver el nombre se le ha venido el mundo encima, porque Daniel le acababa de proponer matrimonio y estaba apunto de decirle que si después de tantos años. Daniel escribe una carta, está muy confundido, no sabe qué pensar, él ha sido quien más ha perdido

“No te refugies en mi, yo no soy seguro, yo no soy futuro, yo, ahora, ya no existo, no existo desde ayer, no existo desde que se que te conozco y no puedo hacer nada para estar contigo, y menos ahora que se que amas a alguien más y me has mentido, cuando yo esperaba que tu vida, por fin fuera mía, como ha sido la mía tuya desde siempre.

Sigo sintiendo lo mismo por ti, es en ti en quien pienso al acostarme todas las noches, y es por ti por quien miro las estrellas sabiendo que también te cubren, pero ayer me dijiste que no me amabas, y yo lo presentía, lo presentía hace tanto tiempo que a veces alcanzaba a pensar que era posible que no fuera cierto.

Anoche dijiste tantas cosas, que sólo ahora me doy cuenta de cuan engañado he vivido, quiero decirte que igual te amo, quiero decirte que no me importa, y quiero decirte también que igual es contigo con quien quiero pasar el resto de mi vida, has sido sincera, yo lo seré contigo, no me amas, seré paciente.

Ahora te doy tu tiempo, vete, ámala a ella y vuelve, no soy como la canción, pero en algo me le parezco, “no te vas por que yo quiera que te vayas”, pero si por mi fuera daría todo por retenerte, ahora bien, es tu vida, pero quiero protegerte, así que por ti misma, te pido que no me llames ni me busques, hasta que lo sepas todo, entonces estaré a tu lado y seremos dos en uno sólo.”

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