16 de octubre de 2007

Fincho

Viernes 9 am, llama la comadre de la peli y dice, palabras más palabras menos, que ya no nos veremos a trabajar… así que me ha dejado desparchada, como lo he conversado con mi madre y luego de renunciar por escrito y de modo definitivo para no tener que ver las mismas caras largas… me decido por terminar el libreto del programa y tomar el busecito de las 3:30.

Salgo contenta para la finca, además porque al medio día ha llamado mi madre diciendo que nacieron dos corderos y quiero conocer a la familia, aún no se si son hembras o machos; llego al Terminal y busco el modulo 4 de taxis interdepartamentales, pasaje a Turmequé para una pasajera y cocacola fría para la "sala" de espera.

Salgo faltando 10 para las 4 sentada al lado de una mujer que ocupa más espacio que yo en el puesto del colectivo y aunque me divierte su necesidad de charla, me llena de tedio… ah tiempos vehiculados, ¿cuándo vendrán?

Llego al pueblo cerca de las 7 pm y la cosa está conmocionada, hay ferias y fiestas en las tierras de mi madre, voy a casa de la nana para llamar a la progenitora y que nos venga a recoger a mi maleta, al tablero de ajedrez y a mi.



Me ofrecen la pochola de rigor y como ando en campaña sin alcohol rehúso tomarla con ademanes despreocupados, llega la madre y me lleva a casa, la finca se ve divina, los arbolitos del frente y el buganvil recién podado, hacemos la visita que no haciamos hace días mientras de lejos se escucha a salpicón orquesta y al anunciante de feria que me recuerda los tiempos arbeladences.

Amanece tranquilo el sábado y me digo a mi misma que ha sido una gran decisión venir al pueblito de puente, aunque la orquesta no dejara dormir bien del todo.



Me voy sin siquiera peinarme a ver a los nietos, dos patojitos de cinta roja que se ven esmirriados al lado de su madre peluda, uno es más lento que el otro y conversamos al respecto, no sabe coger la teta y habrá que darle leche de vaca, mi madre opina que es mala idea, pero yo opino que ellos saben.



Pasa el día entre caminatas y charlas con mi madre, preparamos comiditas y jugamos al ajedrez, la primera victoria es mía, la segunda suya… todavía no hay desempate.

Nos sentamos a leer y a meditar mientras el cuerpo me pide músicas variadas, las mismas que escuchamos perfectamente estando lejos del pueblo, anuncia el hombre que viene a la Plaza de toros Silvestre Dangon y abró los ojos como si me fueran a echar gotas… mi mamá no sabe quien es el personaje, yo le cuento.

Me propone que al otro día vaya al concierto y con cierta incredulidad me acuesto, que fin de semana raro, si termino enrumbada en dominios de mi madre.

Amanece el domingo y nos cuenta la vecina que el chivito bobo ha llorado en la noche de frío y que su madre lo rechaza, así que como medida extrema lo han metido en la cama con ellos a pasar la noche.

Me baño, me visto y decidida salgo a cumplir con los pasos del día, iré caminando a casa del carpintero y mi mamá llegará luego en el carro, saliendo me encuentro al vecino quien me dice que el enfermo a pasado a mejor vida…

Voy en busca de mi madre, le cuento la mala nueva y nos vamos ambas a ver al difunto, allí está como dormido… mejor joven que ya encariñados.



Me despido entristecida y salgo rumbo programado; no están listas las sillas, pero si el bastón, de allí a casa de la nana y luego la comentada del concierto.

El amigo de Tunja me acolita, nos vamos con su amiga de parranda.

(continuará)

4 comentarios:

Andrea dijo...

murió????

Ilichtna Manga dijo...

si, se jue...

Andrea dijo...

:(

Ilichtna Manga dijo...

al menos lo concí y le tomé fotitos vivo y muerto. ;)

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Hace raaato no me daba una tarde de sábado como la de hoy, con ginger y papitas de paquete, me he vuelto más juiciosa para comer, sobre todo...