Tamara Adrian
La postulación de una mujer transexual lesbiana feminista y activista de Derechos Humanos a Magistrada de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela causa llamada de atención a la consciencia en Venezuela
Tamara Adrián es abogada y doctora en derecho graduada con los más altos honores en Caracas y París, respectivamente. Se ha desempeñado durante más de 25 años como profesora de pregrado, postgrado y doctorado en las universidades más reputadas de Venezuela, enseñando materias tales como derecho de obligaciones, derecho mercantil, sociedades y mercados de capitales. Es articulista y conferencista nacional e internacional sobre temas muy variados del derecho, incluyendo derechos humanos, derecho comercial, derecho constitucional y derecho civil.
No debería entonces causar revuelo alguno que fuese postulada el 18 de octubre de 2010 como candidata a Magistrada de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela.
El hecho es que la Dra. Tamara Adrián es asimismo una mujer transexual y lesbiana, defensora de los derechos de la mujer y de la diversidad sexual y activista muy conocida de la causa de la igualdad de los derechos de las personas y eliminación de las leyes que segregan en razón de la orientación sexual y la identidad de género. Y ha esperado ya por casi seis años y medio que la misma Sala a la cual postula se pronuncie sobre su recurso de reconocimiento de identidad, sin que el más alto tribunal de la nación se haya siquiera pronunciado sobre la admisibilidad de su recurso. Constituyéndose este hecho en uno de los casos más notables de denegación de justicia y de homo-lesbo-transfobia institucional de que se tenga noticia en el país. Por ello su nombre legal no corresponde con su identidad físico-psico-social.
Por eso su postulación ante el Comité de Postulaciones de la Asamblea Nacional de Venezuela fue reseñada ampliamente en los medios escritos, radiales y televisivos, ya que sus méritos superan a los de la gran mayoría de los postulados, pero sobre todo porque su candidatura genera un reto para los diputados que deben evaluar el nombramiento de los Magistrados y Magistradas. Así, el influyente diario El Nacional reseña la postulación en primera plana; y Ultimas Noticas menciona únicamente su nombre entre los postulados.
La Asamblea Nacional, formada casi totalmente por integrantes del Partido Socialista Unido de Venezuela se ha mostrado renuente a considerar el tema de la diversidad sexual, y ha bloqueado sistemáticamente todas las iniciativas que incorporaban disposiciones que pretendían darle ciertos derechos iguales para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersex en Venezuela y eliminar algunas de las discriminaciones legales existentes, en muchas de las cuales ha intervenido directamente la postulante.
Así, por ejemplo, para segunda discusión se eliminaron todas las menciones a orientación sexual e identidad de género que fueron aprobadas en primera discusión en el proyecto de Ley Orgánica de Igualdad y Equidad de Género. También se eliminaron las disposiciones sobre el derecho a la identidad de las personas transexuales y el reconocimiento de derechos de pareja que formaron parte del proyecto de Ley Orgánica de Registro Civil. Se aprobaron disposiciones que privan del derecho integral a la salud a las personas transexuales, en la Ley de Subsistema de Salud, excluyendo expresamente de cobertura pública el “cambio de sexo”. Se modificó la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes para limitar la adopción conjunta a parejas conformadas por un hombre y una mujer. Se eliminaron las menciones relativas a la educación contra la discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género que aparecían en el proyecto de Ley Orgánica de Educación, entre muchas otras muestras de la actitud homo-lesbo-transfóbica de los actuales diputados y diputadas.
Estos son los mismos diputados y diputadas a quienes ahora les toca pronunciarse sobre la candidatura de la Dra. Tamara Adrián.
La candidata ha señalado que su propuesta aparece como un ejercicio de derechos cívicos y un reto a las declaraciones de inclusión que hace la Asamblea Nacional. Reseña que su candidatura causa el mismo revuelo que hubiese, por ejemplo, causado el haber tratado de incluir a una persona negra en el más alto tribunal de los Estados Unidos o de Suráfrica, durante la época de la segregación racial. Porque en Venezuela, nos indica, “lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersex carecen de iguales derechos que el resto de la población. Y mientras el resto de los países van incorporando reglas de igualdad, que aseguran protección contra la discriminación, el derecho a la identidad de las personas transexuales y la igualdad de derechos de pareja, en Venezuela no sólo no se aprueban tales leyes y medidas, sino que se retrocede en el grado de protección, ubicando a Venezuela a contracorriente de lo que ocurre en otros países aledaños”, agrega. Y concluye que su candidatura pretende convertirse en una especie de termómetro para medir el grado de tolerancia o intolerancia de la Asamblea Nacional respecto de la diversidad sexual.
Ciertamente no es por falta de méritos que su candidatura podría ser descartada, sino únicamente por razones de odio social hacia la diversidad, que parece haber caracterizado la actuación de esta Asamblea ante la cual postuló.
¿Podrán los diputados y las diputadas superar sus prejuicios? Pronto sabremos la respuesta.
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conciencia
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